jueves, 13 de noviembre de 2008

¿Perdonar u Olvidar?

-Pero claro que no me da pena decirlo ¿cómo se te ocurre preguntar eso? ¿hay alguna razón por la cual debería de avergonzarme?- preguntó Lilac.

¡Vaya, ahora resulta que debo avergonzarme de mis sentimientos!, exclamó mientras se desvestía en su recámara, nadie la escuchaba, al parecer era uno de esos diálogos internos que las personas suelen tener cuando se sienten solas, desesperadas o con ganas de sacar lo que llevan guardado en su interior, ¿Será que tienen razón? ¿será que yo soy la que está mal?, no creo que tenga nada de malo amar a quien no te corresponde ¿o sí? continuó preguntándose mientras se ponía la pijama rosa que él le había regalado unos años atrás. Bebió dos vasos de agua, como de costumbre, y caminó hacia su cama, dispuesta a continuar su diálogo interno (en voz alta) de repente escuchó la voz de su madre, lo cual la desconcentró, y cual niña de dos años corrió a sus brazos.

-Mamá, no me he sentido bien, de hecho me siento muy mal, no sé que me pasa, lo extraño, todo da vueltas en mi cabeza, recuerdos, sonrisas, palabras, momentos que viví.. dime cómo hacer para olvidarme de él- dijo Lilac. Parecía que de sus ojos brotarían chorros y chorros de agua, tenía un brillo espectacular, su mirada mostraba lo enamorada y confundida que estaba.

- Hija, es normal, pasaste lindos momentos a su lado, no podemos negarlo. Han pasado los años y sigues empeñada a olvidarlo ¿por qué no empiezas por perdonarlo?- le dijo mientras la abrazaba.

¿A perdonarlo? pensó Lilac, pero ¿olvidar y perdonar no es lo mismo? he pasado más de 10 años intentando olvidarlo, mas nunca se me ocurrió perdonarlo, ultimadamente ni me lo pidió.

-Sé lo que estás pensando Lilac, aunque eres toda una mujer, no olvides que eres mi hija, además, tus ojos siguen divulgando lo que piensas y dudas. Y, en efecto, perdonar no es lo mismo que olvidar. Necesitas perdonar lo que hizo, la gente a veces actúa de manera incorrecta, pocas veces nos detenemos a pensar en las consecuencias de nuestros actos, pero te puedo asegurar que todo lo que él hizo, lo hizo pensando en que era lo correcto, por lo menos para él, y no precisamente para lastimarte, aunque sabemos que lo hizo.

Lilac seguía muda, sus ojos revelaban todo lo que pasaba por su mente, pero sentía que si abría la boca, sus lágrimas escaparían por a chorros, y no quería llorar. Sabía que su madre tenía razón, él no era malo, simplemente no supo controlar ciertas cosas, no supo afrontar la realidad y aceptar que su vida había cambiado. Ahora le tocaba a ella entender y aceptar que su vida estaba detenida por el pasado, lo sabía, pero era difícil echar a andar nuevamente todo.

-Tienes razón mamá, debería de comenzar por perdonarlo por el daño que me causó, y dejar de culparlo, pues tan culpable él que lo hizo sin querer como yo que deje que las cosas llegaran a ese punto. Necesito verlo, necesito escuchar de su boca que sí me amo- dijo mientras corría hacia su recámara. Su madre sonrío para ella misma y se dispuso a descansar.

Caminó toda la noche dentro de su recámara, se acostaba, se levantaba, no podía conciliar el sueño pensando de dónde sacaría el valor para llamarle y, sobre todo, qué le iba a decir....