jueves, 28 de enero de 2010

!ExTerMiNiO dE reCuERdOs!



Hace un par de días escuché algo que me gustó y a la vez me hizo reflexionar: “atesorar fotografías y vivir del recuerdo te ancla al pasado y no te permite abrir las puertas para la llegada de cosas nuevas”. ¿Que qué? Pero si yo tengo guardado hasta el primer lápiz que use en kínder 2… bueno, exageré un poco porque ni kinder cursé.


Cartas de mis amigas de primaria, todas de colores, con figuritas, dibujos o escritas en código (valga decir que a ninguna sigo frecuentando); los recadito que mi mamá dejaba sobre mi buró cuando me portaba mal (vaya que eran varios días); la rosa que me dio mi ex novio de secundaria y ya está más muerta que nada, por cierto, me chocan las rosas; el globo en forma de muñequita o delfín, claro que desinflado y arrugado; los boletos de la película a la que fui con algún amigo, claro, el tiempo hizo de las suyas y ya ni se ven las letras; la fotografía grupal de la secundaria (obviamente con un hoyo en medio porque aquel día desperté odiando a miguelito y decidí eliminarlo); la paleta de malvavisco que me dieron de recuerdo en una reunión, la envoltura de los chocolates que me regalaron el 14 de febrero, y claro, hablando de San Valentín, no podían faltar los recaditos que me llegaron con una flor cuando estaba en el tec, y así, un sinfín de recuerditos que están guardados en una caja con las palabras: frágil, peligroso y explosivo. Cabe aclarar que no lo hice apropósito, la cajita me gustó para guardar mi tesoro y es un recuerdo en sí misma, ya que miguelito me la regaló un Día del Amor y la Amistad con un perro de peluche enorme (el cual murió incendiado en otro momento de despecho) y un celular, pero esa es otra historia.


De fotos ni hablemos, tengo las mi intercambio en Canadá (la mayoría con niños o bebés que me encontraba en la calle y les pedía permiso a los papás, ¡que oso, nadie hace eso!), las del convivio de hawolleen de la prepa, las que nos tomamos Laura, Karla y yo ese día que no teníamos nada que hacer...miles...


El punto es que esa cajita es mi cofre, mi vida encapsulada en letras y fotografías, y ahora quiero deshacerme de ella.


Ayer me desperté, le preparé el desayuno a Babyface, e inspirada en la letra de la canción “Mudanzas”, de la mismísima Leona Dormida, me dispuse a exterminar los recuerdos, no todos porque la cápsula del tiempo está en casa de doña nena, pero aquí, en mi nuevo nidito, tenía un par de tarjetas que un niño me dio en mi cumpleaños y otras cartas que me dejaba sobre mi cama para que las leyera al regresar del trabajo.


Comencé de adelante hacia atrás, es decir, con lo más reciente. Algunas cartas decían: “eres el amor de mi vida, siempre vamos a estar juntos, eres la mejor mujer del mundo y somos la pareja perfecta” (¿todos los enamorados decimos eso? Promesas al aire... espero que esta vez no sea así), otras tenían dibujadas mis iniciales y las de él, todas eran cursis, pero en su momento las vi como un premio Nóbel.


Después de leerlas por última vez, me atreví y fui tirando una a una, poco a poco comenzó a llenarse la bolsa de basura que tenía un lado; en ocasiones dudaba, “ay, pero está linda, me gusta el dibujito”, tonterías como esas, pero lo logré. El siguiente paso es vaciar la caja y dejarla lista para llenarla de nuevo… pero creo que está vez no será necesario vaciarla de nuevo...

miércoles, 27 de enero de 2010

Sin palabras…



Me desperté después de escuchar 20 veces el sonido de mi blackberry, era el aviso de que alguien me había etiquetado en facebook, me levanté de la cama y me dirigí a la alacena para guardar el bote de nutella que, malamente, me había estado comiendo la noche anterior.


Después, me dirigí hacia el cuarto de lavado dispuesta a encender el boiler, y cuál va siendo mi sorpresa... ¡no había gas! Por un momento pensé que tenía alguna falla o que se había apagado por el aire, tomé el encendedor y traté de prenderlo sin éxito alguno.


Intenté reaccionar tranquila, pero fue imposible, el tiempo me empezaba a presionar. Busqué de inmediato el teléfono del proveedor de gas, le marqué y cual niña desesperada por no quererse bañar con agua fría, me quejé del servicio amargamente; el señor me pidió una disculpa y me explicó que habían tenido un problema con el sistema del edificio y que enviaría a sus técnicos.


Dejé transcurrir unos minutos y volví a intentarlo, nuevamente, sin éxito. Abrí la regadera mientras imaginaba cómo moriría congelada, claro, únicamente la llave caliente para ver si servía de algo, y sí, 'mágicamente' salió agua tibia, así que antes de que se acabara el encanto, me apresuré a bañarme. Después, comencé a vestirme viendo el programa “Hoy”, porque no hay otra cosa que pueda ver gracias a los chicos de Cablevisión que me han quedado pésimo y no han venido a instalarme el servicio.


Llegué a la oficina y todo iba aparentemente normal hasta que abrí mi msn e inmediatamente apareció en mi pantalla: “hola, te mandé un mensaje y no te importó”, bueno, lo único que me faltaba para iniciar mi día del terror, reclamos de Babyface (por cierto, no lo había dicho, pero ya entré de lleno al mundo de la dimensión desconocida). Resulta que la noche anterior habíamos tenido una discusión por una tontería que no vale la pena mencionar, intenté arreglarlo antes de que se fuera a su casa, pero haciendo honor a su carita, hizo un berrinche propio de un niño de 8 años.

Tras una plática por msn, relativamente corta, sonó mi teléfono y utilizando un tono más alto de lo usual me dijo: “¿entonces? Para que me pides una solución? Esto es una vacilada”. Yo trataba de contar hasta 100 en mi cabeza, insisto, me parecía una estupidez la discusión, sobre todo después de mi baño con agua semi congelada. Tras algunos monosílabos que pronuncié, me pidió que nos viéramos afuera de la oficina para platicar (ah, claro, tampoco había mencionado que trabajamos en el mismo lugar). Nuevamente tomé aire, le pedí a toño su credencial porque había dejado la mía en mi cama y salí del edificio.

Él estaba ahí, como siempre con su blackberry, y con una cara de pocos amigos. Intercambiamos puntos de vista y para no hacer más larga la historia, accedí, acepté la solución que él propuso y regresamos a nuestros lugares de trabajo.


La tarde transcurrió bien, fuimos a comer a casa de mi ex roomie, platicamos, bromeamos, nos reímos con las ocurrencias de toño y hablamos acerca de nuestro blog colectivo, que está en proceso. A las 4 regresamos al trabajo. Como a las 6, mientras escribía una nota, me acordé que tenía que llamarle a la mamá de mi Babyface para informarle que ya había hablado con mi papá sobre un tema que llamaremos “x” para evitarme problemas. Le pedí el teléfono de mi suegra a Babyface, me lo dio y le llamé. Cuando colgué, como es mi costumbre, solté demasiada información y le dije“ya hablé con tu mamá sobre ese tema, por cierto, ¿cuándo le darás seguimiento?” y en ese momento, cual niño al que le dices “¿a qué hora vas a hacer la tarea?” se enojó y me contestó un “no sé, es mi decisión”. Ándale, por metiche, para qué te metes en donde no te llaman princesita... Obviamente, esto originó la segunda discusión del día.


Sonó mi teléfono y no contesté, de verdad, no tenía ganas de pelear, quería terminar la nota antes de irme a cubrir un evento, me quedaba menos de una hora. Volvió a sonar el teléfono y nuevamente no contesté. A la tercera llamada, ya no tuve más remedio que levantar la bocina, en el fondo no querìa dejar asì las cosas, pero no llegamos a nada y me tuve que ir porque el fotógrafo me estaba esperando.


Después de manejar una hora con 20 minutos llegamos a Arcos Bosques, esperamos a que los invitados terminaran de cenar y comenzamos con la sesión de fotos y entrevistas.

Hubo una pareja que me impactó, cuando le pedí que me contara cómo había iniciado la relación, Alejandro, el esposo, me dijo: “fue algo muy chistoso, nos conocimos gracias a un amigo en común, duramos un mes y medio de novios y nos casamos”... ¿que qué? Creo que no fui tan buena para ocultar mi sorpresa porque tanto él como su esposa soltaron una carcajada al ver mi cara y Claudia agregó “sí, y llevamos 13 años de casados”.


Al terminar la sesión de fotos y las entrevistas, como a las 12:30 de la mañana, dejé a Jefté en su casa y manejé hacia mi depa. Cuando llegué, el poli me dijo “señorita, le dejaron esto”, era una grabadora, “¿quién la trajo?”, pregunté; “pues.. él, su novio”.

La tomé sin decir más y caminé hacia el elevador, no sabía si presionar el botón de “play” o no, tenía miedo de lo que escucharía.


En cuanto abrí la puerta del depa, me armé de valor y la encendí (no ví cuántos archivos eran). Comencé a escuchar “hola Janett, te conocí ayer....” ¿quéeeee? No lo podía creer... “una, dos, tres, cuatro... 13 grabaciones!!!!! cada una con un mensaje especial, algunas me hicieron reír mucho, una en especial me hizo sentir pésimo, recordé el inicio de año... pero todas me mostraron su forma de ver los días que hemos compartido... una visiòn no tan distinta a la mìa.


Estaba muerta, cansadísima, pero fueron el broche de oro de la noche... lo que le dio sentido a mi día... no me puedo quejar, desde chiquita mis amigas me llenaban de cartas, regalos y detallitos (eso lo contaré en el siguiente post), incluso, siempre presumìa acerca del detalle más padre, (claro, hasta ayer) el de Gustavo, un amigo de prepa que en mi cumpleaños llenó mi recámara de globos y colgó una manta que había pintado. Pero hoy, sin duda, puedo decir que esas grabaciones han sido el detalle más especial que he recibido en mi vida...

jueves, 21 de enero de 2010

DimeNSión dEscoNOCida II

8 de diciembre 2009


Sin más trabajo que el de costumbre, simplemente el normal. Envío de revista, risas, bromas, Carlos molestando ¿por qué no? Al parecer últimamente es su pasatiempo favorito. El toque especial del día se lo dio él, sí, el casado. Suena chistoso, pero en el fondo no me causa nada de gracia Hoy, platicando con mi roomie, mi hija, mi paisana, la "di", o el nombre que le quieras poner, caí en cuenta que no estoy soltera simplemente porque no quiero. Me choca vivir sin una persona a la cual contarle lo que sucedió en el día, que me diga “buenas noches princess, eres el amor de mi vida”, no bueno, no tanto así ¿verdad? Esa historia ya pasó. Ahora vivo un momento de emoción por conocer a alguien nuevo.

En el fondo, creo y sé que somos polos opuestos, no tanto como el corazón herido o niño "y", esas sí eran palabras mayores, pero al fin y al cabo opuestos. Pero, justo eso es lo interesante, dicen que polos opuestos se atraen ¿cierto? Pues últimamente debo estar muy “cargada” porque carajo, no me atrae nadie igual a mí o más bien, no se me acercan ¿en dónde quedaron?

Escuché una canción que en menos de 10 segundos me atrapó, me dieron ganas de escribirle, porque claro, aún no siento la confianza para llamarle en la madrugada y decirle: “estaba pensando en ti, quería decirte que te quiero y te dedico esta canción”. Pues no, obviamente sería un acto impropio para este momento, demasiada intensidad que creo que lo asustaría, de hecho, hace rato saqué mi comentario, más estúpido que nada, “pues el próximo año nos vamos a Las Vegas ¿no?” a quién se le ocurre decirle eso a los dos días de tratarlo, pues claro, a mí, sólo a mí....

diMeNSión DeSCOnOCida

Hoy fue un día raro, emociones encontradas, sentimientos mezclados.

Por un lado el “yo nunca andaría con un hombre divorciado, aha, nunca hay que decir de esa agua no beberé; por otro, no quería lastimar al niño “y”, sin embargo le dije que lo quería ver.


Sus ojos (niño "y") me decían te quiero, no me quiero alejar, pero de sus labios salió un “lo siento, no puedo, ni quiero”. Por un lado mi ego me pedía que insistiera para darme el lujo de terminar la relación o decirle, “¿sabes qué? Me arrepentí”, pero en el fondo no quería lastimarlo, sobre todo porque creo que algo especial está a punto de nacer (esto es parte de la historia 2). Veía sus ojos, su cara, sus gestos, realmente me sentí mal ¿cómo fui tan tonta? Es un niño excepcional, cualquier mujer moriría por tenerlo a su lado, claro, yo no, pero bueno, el punto es que la historia se terminó. Como diría mi amigo emosho “te lo mereces maestra” y, sí, en efecto, me lo merezco por tonta, por no saber lo que quiero y por no dar mi brazo a torcer, por dejarme llevar por los comentarios de los demás y las impresiones de mis amigos sobre mi galán en turno.


Hoy fue chistoso, comida familiar, los gritos de la rata, el “pórtate bien” de mi mamá, el “quién es” de mi papá y el desconecte total del perro, siempre en otro mundo, pero se le entiende, es la adolescencia. En fin, en medio de la comida, incómoda por no saber qué platicar, claro, porque ya había tocado el tema de la maestría, de la fiesta del emosho, del innombrable y de otras cosas que, sinceramente, son irrelevantes. Está separado, creo que es mi tipo, ayer me la pasé increíble, 12 horas continuas platicando con él….


Por qué no, más tarde llegó a casa de mi mamá (estoy hablando del susodicho en potencia, "x") y el comentario de doña nena fue: “pues, tú sabrás” vaya! En otro momento me hubiera molestado o lo hubiera visto con otros ojos, tipo, ya vete, ya me arrepentí, claro, muy común en mí últimamente, pero no fue así. Salí, platiqué un rato con él y nos subimos a mi coche, después de confesiones como “me gustas”, obviamente no podía faltar el beso… corto, pero me gustó.

Ahora estoy feliz, no sé si es porque cerré otro círculo, si porque por fin un niño me dijo “no” o porque estoy entrando a una dimensión desconocida. Sí, a esa dimensión que juré nunca entrar, a la del hombre divorciado que, al decir verdad, aún es casado. Una amiga diría “no bueno, tienen temas que compartir”, claro, el ser divorciada no significa que tenga que salir con hombres de mi misma especie ¿o sí?