viernes, 13 de agosto de 2010

Deteniendo las horas



El tiempo parecía no transcurrir. Su pasión por su profesión y su amor por los suyos es algo admirable. Cuando estás a su lado, sientes una tranquilidad y paz indescriptible; puedes reír y reír con sus bromas en tono serio o pasar horas escuchando sus experiencias de vida. Al estar con él, no es raro que quieras sacar una grabadora o un cuaderno para anotar todas sus frases, consejos o ideas...

El jacuzzi hizo de las suyas, como él dijo, nos soltó la lengua. Una velada perfecta, las estrellas, la noche nublada y una excelente compañía. Pasamos poco más de dos horas sumergidos en el agua conversando sobre diversos temas, como el arreglo personal y la pareja; hasta que las gotas de lluvia nos obligaron a salir y continuar la plática en el sillón, frente al televisor que proyectaba un video de un guitarrista. Más tarde, tras ver el reloj y anunciar su partida, la noche terminó.

Siguiente día. Desayuno, bromas, misa infantil, tiempo de relax y una comida que se extendió un poco más de lo previsto y nos sedujo para alargar el fin de semana. Martinis de kiwi, fresa, cajeta y chamoy fueron parte de las bebidas que aderezaron la tarde.

Cuando comenzó a describir a aquél hombre que compraba libros de finanzas con tal de conocer su mundo y tener temas en común, me dieron ganas de retroceder las horas, los días y los años para conocerlo. La forma en que lo describió, el amor que emana por él y sus ojos brillosos, me ocasionaron un nudo en la garganta, pero no podía dejar de escucharlo. Bebí un trago, hice un par de preguntas y continué atenta a su conversación. Fue una de esas tardes que quedan grabas en tu memoria, una tarde que quisieras que nunca terminara, una tarde en la que quisieras detener las horas.

Sin duda, una excelente familia, una admirable pareja, un hijo inigualable, un papá envidiable, una mujer encantadora, un hombre ejemplar, un suegro increíble... un fin de semana perfecto.

8 comentarios:

  1. El jacuzzi hizo de las suyas, ciertamente. Una de esas noches en que todo se pone en perspectiva y todo se siente bien. Así como hay días jodidos, acá se dio un día perfecto. Faltó mencionar que, tan perfecto fue, que incluso aparecieron algunas luciérnagas merodeando el jacuzzi en una noche de relámpagos. No es exageración.

    Escuchar a mi padre hablar de su padre es una vivencia que pocos pueden gozar. Yo la presumo y la agradezco. Los amo.

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  2. si de por sí no es sencillo encontrar una pareja perfecta o la media naranja, como dicen, ahora me imagino los suegros perfectos.

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  3. Princess, Que manera más bella de describir tan inmejorable momento. Qué agasajo. Muuuchoooos Besos!

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  4. Hola janne, vine a agradecer tu visita y comentario en mi blog. Voy llegando y husmeando en el tuyo si me lo permites. Escribes muy bonito, es un placer encontrar escritos de gente con una sensibilidad especial.
    Y ese dia que describes en este post, esta genial, siempre es hermoso escuchar y pasar tiempo con personas asi.
    saluditos y por aki andaremos
    byess
    maru de chocolate

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  5. Deteniendo las horas dice el título y deteniendo tambien mas entregas. Ya escribe! :(

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