viernes, 31 de diciembre de 2010

¡Feliz 2011!


Hoy termina otro año y no tengo más que agradecerle a Dios y a la vida todas las bendiciones, vivencias y alegrías que me dio. Quizá no cumplí todos mis propósitos, pero eso sí, la realidad superó, por mucho, los 12 deseos que pedí al comer cada una de mis uvas.

No encuentro una mejor forma de cerrar el 2010 que ésta. Me casé con un gran hombre, salí bien de la cirugía que me practicaron y tanto miedo me dio, conservo a mis padres y hermanos con salud, mi hermana me dio la noticia de que seré tía por partida doble, mi suegra salió perfecta de su cirugía, al igual que mi suegro; conocí nuevos países al lado de mi nueva familia, un viaje inolvidable; hice nuevos amigos, olvidé, perdoné, lloré y reí demasiado, he alcanzado varias de las metas que me he fijado, descubrí quiénes son mis verdaderos amigos, pero, sobre todo, recibí la noticia que dentro de mí está creciendo un hermoso niño, a quien esperamos con mucha ilusión y emoción.

Hoy no puedo pedir nada más, sólo conservar mi vida tal y como está en este momento, así que .. ¡Bienvenido 2011! estoy segura que será un año más que excelente. Les deseo lo mejor, éxito, salud, amor, alegría, paz y tranquilidad.

martes, 21 de diciembre de 2010

IncreíiiiiiBLEEEE


No caba duda que muchas de las cosas que dicen sobre el embarazo son mitos, como que el papá tiene antojos, que a las embarazadas nos brillan los ojos, que tenemos una piel envidiable, que el cabello se ve espectacular y no sé qué más... hay otras que realmente pasan y nunca te las dicen, como que los primeros meses te ves gorda, no embarazada; que la ropa te deja de quedar y la de maternidad no te luce como quisieras, que de repente te conviertes en adolescente y aparece uno que otro barrito en la cara y varios etcéteras, pero, sin duda, todas coincidimos que es algo maravilloso y ninguna mujer se lo imagina hasta que lo vive.

Tras mucho esperar, preguntarle al doctor y a todas las mamás ¿cuándo lo voy a sentir? hoy pasó.... acabo de sentir el primer movimiento de mi bebé, es algo indescriptible, increíble, emocionante..... "vas a sentir como burbujas" "es como si pasara un pececito" "sientes una culebrita"... mil descripciones escuché y ansiaba que llegara el momento... hoy, mi descripción es "fue un empujoncito... algo increíble"

lunes, 29 de noviembre de 2010

Carta No. 1


El sabado fue un día más que especial por muchos motivos. Luis y yo nos casamos, recibimos la bendición de Dios por nuestro matrimonio, compartimos con nuestros seres queridos nuestro amor y emoción, aunque faltó mi suegra, y dimos LA noticia del año: En mayo de 2011 nos convertiremos en padres de un precioso angelito (aún no sabemos el sexo).

Por recomendaciones médicas, guardamos la noticia durante tres meses, pero desde el primer instante que supimos que venía un tercer integrante de la familia, nos llenamos de dicha y alegría.

Hoy les comparto la primera carta que le escribí a mi bebé.


Teníamos planeado un viaje a Europa tu papá y yo, en ese entonces aún no estabas en mi vientre, pero sí en mi cabeza. El amor que siento por tu padre y la excelente relación que llevamos me llenaba de ilusión y ganas de embarazarme. Antes de irnos, en broma, dijimos que intentaríamos concebirte en Europa, aunque tu papá, incrédulo, juró que no pasaría.

El día que llegamos a Londres, tu papá me sorprendió con el anillo de compromiso. Aunque ya vivimos juntos desde hace varios meses, decidimos llevar a otra etapa nuestra relación.

Regresamos hace dos días, un poco nerviosos pues sabíamos que algo pasaba, pero nunca pensamos que hoy llegaría esa hermosa noticia, la mejor que hemos recibido.

Ayer fuimos al súper, compramos una prueba de embarazo y hoy en la mañana, en cuanto me levanté, la realicé. No pasaron ni los 5 minutos recomendados en el instructivo cuando ya marcaba "positivo".

Tu padre dormía en la cama, después de una noche de insomnio. Una sensación de emoción, alegría y felicidad invadió mi cuerpo. No sabía qué hacer, cómo despertarlo. Tenía ganas de llorar y a la vez reír. Volví a mirar la prueba para corroborar lo que había visto, en efecto, la prueba era súper positiva.

Regresé a la cama, contemplé a tu padre dormido, leí una carta hermosa que me escribió en la madrugada. Todo apuntaba para ser un día mágico. Una carta el día que nos enteramos que comienzas a formarte en mi vientre no era casualidad.

Le di un beso en los labios a tu papi, le dije te amo y, tras unos segundos de silencio, le di la noticia. Se levantó, la miró y nos abrazamos con lágrimas en los ojos.

Después escuchamos una canción de Muse, un grupo que ya conocerás, nos abrazamos y, aunque habíamos dicho que no diríamos nada hasta saber qué nos dice el doctor el sábado, le llamamos a tu abuela Nena y a tu tía Lorena para compartirles nuestra alegría.

Ahora esperaremos al sábado para ver qué todo esté bien y que el doctor nos dé las indicaciones pertinentes.

Te amo,

Tu mamá
23/09/10

miércoles, 3 de noviembre de 2010

La última carta


"Es difícil decidir cómo comenzar esta carta, estamos llenos de sentimientos y son tantas buenas memorias que nos dejaste, que ponerlo en palabras nunca será suficiente para expresar nuestro amor por ti.

Duele que te vayas, pero nos dejas con tantos bellos recuerdos que no borras la sonrisa que siempre dibujaste en nuestros rostros.

Con una simple frase, siempre nos hiciste sentir únicos, pues somos “tus nietos consentidos”. Nos enseñaste las cosas básicas de la vida, como a descifrarla con tan solo “dos preguntas”, y dejaste todos los consejos para ser bellos: pastillas para la celulitis, para las verrugas, para el cutis, para la pelonera, para las canas y para no hacerte viejo.

Nos enseñaste que “los hermanitos no se pelean”, y aprendimos las reglas de etiqueta de tu mesa: como aventar bolitas de tortilla y comer moscas y escupir sus alas. que la mesa es solo para comer, la cama para dormir y el baño para leer el periódico, y como olvidar los pajaritos en la cajuela de tu carro y la siesta obligatoria después de comer.

Gracias por aquellos chapuzones en el mar calientito a las seis de la mañana y por aguantar 24 choquecitos a tu carrito de golf, por cada uno de tus nietos, pero en especial, gracias por escoger a la mejor abuela con la que juntos crearon a la mejor familia... una bola de bribones. Por todo esto y más, gracias, te queremos y no te preocupes que nosotros cuidaremos muy bien de tu novia.

Con amor, tus nietos consentidos".


Esta fue la carta que escribimos mis primos y yo el día que mi abuelo falleció, la última carta que le dedicamos... ese día de ajetreo, de dos vuelos de conexión, de lágrimas, palabras ahogadas, pensamientos perdidos, pero al mismo tiempo ese día de unión.

Estaba dormida en casa de una de mis tías, había volado un día antes a Tijuana, donde estaba mi abuelo hospitalizado. En punto de las 7 de la mañana mi radio sonó, desperté de una y no me atreví a contestar, temía escuchar lo que al final escuché. "Tu abuelo acaba de fallecer".

Ahogué un grito, miré por la ventana y tomé aire para armarme de valor y despertar a mis primas para darles la peor noticia de su vida. En esos momentos hubiera preferido no tener voz y no ser yo quien hiciera el anuncio en la casa.

Le llamé a mi madre y a mi mejor amiga para informarles lo que acababa de suceder. Mafer, como siempre, al pie del cañón, se ofreció a hacer mis trámites de titulación y me expresó su apoyo incondicional y su amor de hermana. Mi madre calló por unos minutos y me dijo que buscaría un vuelo para estar conmigo.

Más tarde, divididos en tres equipos, partimos al aeropuerto para volar a Culiacán y velar a mi abuelo en su ciudad natal, donde toda la gente que lo quería esperaba su cuerpo.

Las primeras en llegar a Culiacán fuimos mis primas y yo. Nos dirigimos a la casa en donde compartimos tantos momentos con él; al llegar, recorrimos los rincones con la mirada, cada una tenía un recuerdo, un lugar especial, un momento favorito. Sin decir nada, con los ojos llenos de lágrimas y el corazón apretado, caminamos hacia patio, nos sentamos en unas bancas y esperamos a que llegaran los demás.

Llegué a la funeraria con la ilusión de que todo fuera un mal sueño, pero al ver las cientos de coronas de flores de todos tamaños y respirar esa tristeza colectiva, confirmé que mi abuelo ya no estaba con nosotros.

Durante la tarde, lloramos, reímos, tratamos de olvidar, de recordar, de compartir, de olvidar...

Al día siguiente, antes de la misa, nos reunimos los primos en una sala de la funeraria para hacer una lluvia de ideas, secarnos las lágrimas y decir qué era lo que más recordaba cada uno de él, el gran señor que siempre nos mostró una sonrisa.

"La siesta obligada", dije pronto, "recuerdo que siempre, después de comer, me pedía que nos fuéramos a recostar a su recámara; me aseguraba que estuviera dormido y me escapaba en silencio".

Y así, cada uno fue nutriendo la carta que tras dos intentos, una de mis primas terminó leyendo al final de la misa, a la que, sin exagerar, más de cien personas asistieron.

Hoy, a tres años de su muerte, lo recuerdo con mucho cariño, lo extraño en muchas ocasiones, lamento haber perdido tanto tiempo lejos, aún me reprocho el no haber estado con él más tiempo.. aún le lloro, a escondidas y en silencio; aún añoro su presencia en días importantes de mi vida, pero, sobre todo, aún sigue grabada en mi mente su sonrisa.

jueves, 14 de octubre de 2010

Capítulo cerrado



Definitivamente el dicho "después de la tormenta viene la calma" ha aplicado perfectamente a mi vida. Mayo fue uno de los peores meses en mi historia, y poco a poco las cosas se han ido acomodando, hasta hoy, que puedo decir que septiembre y octubre han sido los mejores.

Después de cinco años de noviazgo, hace tres años contraje matrimonio y al poco tiempo me di cuenta del grave error que había cometido. Tras intentar llevar una buena relación y no lograrlo, a los dos años me divorcié, y una compañera me contactó con un abogado especialista en trámites y anulaciones eclesiásticas. Lo busqué para que me explicara el procedimiento, y después de discutir el tema con mis amigos y familia y recibir su apoyo, inicié la anulación de mi boda religiosa.

Me advirtieron que el proceso duraría un año o dos, lo cual me pareció demasiado, pero dejé que el tiempo transcurriera. Hoy, cerca de las 12 del día, recibí un correo de la chica que ha llevado mi caso en el tribunal, en el que me pedía que me comunicara con ella... y OH sorpresa, me acaba de dar una de las mejores noticias del año. ¡La sentencia fue a favor de la nulidad!

En un par de semanas me casaré de nuevo, pero esta vez la decisión ha sido tomada con la cabeza y el corazón, con base en hechos, con madurez, con seguridad.... Hoy no me sirve de nada el papel que me entregarán en el tribunal, pues mi novio no tiene la anulación y no podremos contraer nupcias por la iglesia, pero ese simple papel clausura y cierra por completo un capítulo de mi vida.

Siempre que viene algo bueno las cosas comienzan a alinearse, y hoy no tengo duda que nos espera una vida llena de bendiciones, de amor y armonía. Hoy comparto mi felicidad con el mundo.

P.D. Mil gracias Mafer y Oswaldo. Los adoro

miércoles, 6 de octubre de 2010

Simplemente... feliz


Un fin de semana bastante ajetreado, entre los preparativos de la boda, que no son muchos, y los ajustes que estamos haciendo en el departamento, se nos fue volando, pero la emoción que siento supera todo.

El domingo decidimos quedarnos a dormir en casa de mi mamá, y sin pedirle permiso, ejercí mis derechos de hija consentida y le avisé que llegaríamos en la noche a dormir. Fuimos por las alitas más caras que he comido en mi vida, y nos quedamos horas platicando en la cocina y comedor, como hace mucho no lo hacíamos.

En la mañana, tras despertar, bañarnos y arreglarnos para ir temprano al juzgado civil para apartar la fecha para nuestra boda, mi madre nos sorprendió con unos hot cakes y chocolate caliente.... sin duda, esos son los momentos que te hacen valorar la vida, valorar a los padres y todo lo que te rodea. Son los instantes que quisieras congelar. Es más, hasta se me antojó raptar a mi madre y llevármela al depa para que todos los días me consienta, para platicar, para que haga alianzas con su yerno querido y para gozar de su compañía al máximo.

Hoy estoy más feliz que nunca, casi tenemos fecha para el gran día, falta que el juez lo confirme; estoy más enamorada que nunca y adoro a mi familia y amigos.

viernes, 24 de septiembre de 2010

La entrega del anillo

Aquí el video tan comentado. Lo grabó el motociclista misterioso: Ariel.

jueves, 9 de septiembre de 2010

La mejor sorpresa


Iba a ocupar este post para narrar las travesías de la familia Carrillo Nathal en el aeropuerto de la Ciudad de México. Antes de tomar el avión a Londres, nos pasaron mil cosas, pero ya las contare en otra ocasión. Hay algo mucho mas importante que quiero compartir en este espacio: ME CASO!!!!

Después de 9 horas de vuelo, una deliciosa comida en un restaurante italiano de Londres, fotografías del recuerdo y una caminata que duro 3 o 4 horas... estaba muerta. Lo único que quería era llegar al hotel para tomar un baño y descansar.

A una cuadra de nuestro destino, mi novio me dijo que quería mostrarme "algo". Pensé que sería cerca, por lo que no repliqué... pero cruzamos una, dos, tres... no se cuántas cuadras, y le dije: "no me lo puedes enseñar mañana?? de verdad, ya no aguanto"... y su respuesta fue... "No, ya casi llegamos, recuerdo que era por aquí".

Al ver mi agotamiento y que estaba a dos de hacer un berrinche, me dijo: "estoy buscando tu tienda favorita".... la verdad, en ese momento, era lo menos que me importaba.. llegar a la tiendaaaaa!! además, todo estaba cerrado.

Tras checar varias veces un mapa que llevaba, me indico que diera vuelta en una calle. Nos paramos unos segundos frente a unas motos, y al ver a un chavo con chamarra negra y casco, creí entender el punto. "Ok, ahora entiendo, venimos de sorpresa a ver a Ariel (un amigo de mi novio que vive en Londres)", pensé.

Cruzamos la calle, y justo cuando me disponía a acercarme para saludarlo, Ariel, sin quitarse el casco, se bajo de la moto, y dándonos la espalda se fue caminando hacia otra esquina. No entendía que sucedía.. entonces, ¿¿no era Ariel??

Segundos después, comenzó a sonar "Lucky", de Jason Mraz, mi canción favorita y la cual mi novio y yo hemos elegido para bailarla en nuestra boda. Cuando comenzó la melodía, yo seguía sin entender lo que sucedía, puse una cara de What?? y volteé a ver a mi novio. En ese momento, Luis abrió su cartera para sacar una hoja, me la entrego y me dijo: es para que la cantes.

Eran las 21:00 horas. Abri la hoja y descubrí que era la letra de dicha canción. Para entonces, seguía mas que confundida. Cuando comencé a leerla, vi algunas letras en "bold", las seguí y encontré la frase: "¿te casas conmigo?".

En ese momento mis ojos se llenaron de lagrimas a punto de salir, volteé para abrazarlo y me topé con sus ojos brillantes, una sonrisa hermosa!!!! esa sonrisa de niño que me mata.. y una caja con un anillo (precioso) en la mano.

Lo abrace, lo llene de besos y lo volví a abrazar. No podía creer lo que estaba sucediendo, el cansancio se desapareció, mi facha terrible se me olvido y los pies dejaron de dolerme automáticamente.

Claro que acepte, me puso el anillo y nos seguimos abrazando. Tras escuchar tres veces nuestra canción, y al ver que "el motociclista misterioso" no aparecía.. nos retiramos y nos fuimos tranquilamente caminando por la avenida mientras Luís me contaba cómo había planeado el momento, y quiénes se habían sido sus cómplices.

Al llegar al hotel, recibimos la llamada de Ariel, el motociclista misterioso, y tras felicitarnos, nos dio una enorme sorpresa... grabo parte del momento!!!!!!!

Hoy soy la mujer mas feliz del mundo. Incluso, creo que Londres le acaba de robar a Madrid el titulo de "mi ciudad favorita".

Gracias mi amor, te amo.

sábado, 4 de septiembre de 2010

¿Qué esperas?



Con el reciente fallecimiento de Germán Dehesa, la muerte del papá de una amiga de la familia, y un post que leí ayer en uno de los blogs que sigo, confirmé que, sin duda, el cáncer es la enfermedad del siglo.

Cada día me entero de más personas que mueren víctimas de este mal, más personas que luchan día a día por sobrevivir, y, desafortunadamente, de pocos casos de gente que realmente lo logra.

Lamentablemente, la cultura de la exploración y detección oportuna está aún en pañales. Hablando del cáncer de mama y cervicouterino, pocas son las mujeres que realmente le dan la importancia que merece. Mi mamá es una de esas señoras que siente mil dolores, pero le teme al médico (¿será por haber vivido tantos años con uno?) y prefiere seguir soportando los malestares de una posible enfermedad incógnita.

Al parecer, la palabra “cáncer“ le da pavor, y la entiendo.

Mayo para mí fue el peor mes del año y quizá de mi vida, me detectaron células precancerígenas en el cuello de la matriz.

A mi corta edad ¿se puede? fue mi pregunta, seguida de ¿por qué a mí?.. ¡¡claro que se puede!! …. los padecimientos no respetan sexo, edad ni estatus económico…. ¿por qué a mí? esa respuesta aún no la tengo clara.. quizá para que valorara más a mis amigos, a mi novio y a mi familia… y si fue por algo más, seguro pronto lo sabré.

Parecía un diagnóstico equivocado, pues siempre me he practicado los estudios correspondientes, y asisto constantemente al ginecólogo. Gracias a Dios, me practicaron un procedimiento a tiempo, y tras recibir los resultados de patología, descubrieron que no era cáncer.

Hoy estoy en manos de un excelente médico, y ahora tendré que asistir frecuentemente a revisiones para checar que todo vaya bien, pero, por suerte, sigo viva... disfrutando de las personas que quiero.

Mi labor ahora es convencer a mi madre que venza ese temor y se practique los estudios pertinentes, porque mis hermanos y yo la necesitamos por muchos años más.

Hoy más que nunca admiro a las personas que han librado la lucha contra el cáncer, y a las familias de las personas que han muerto a causa de este horrible padecimiento.

Hoy me sumo a la lista de las mujeres que decidieron vencer el miedo y afrontar la realidad.. Ojalá cada vez seamos más. Ojalá que en vez de preocuparse por banalidades, la gente le diera más importancia a las cosas que realmente merecen atención, como la familia, la amistad y la salud...... ¿Qué esperas?

miércoles, 25 de agosto de 2010

Sangre de artista


Desde pequeña soñaba con ser una artista famosa, conducir un programa de televisión, dirigir una estación de radio o ser una escritora reconocida. Las personas que salían en la tele eran mi hit, y pasaba horas frente al espejo jugando a ser cantante, para ello, usaba un cepillo como micrófono. Incluso, en una ocasión, cuando mis papás me regalaron mi primera grabadora estéreo y mi primer micrófono de muchos que tuve, me volví loca de emoción e invité a mis amigas a mi casa para estrenarlos.

Nos encerramos en mi recámara, nos sentamos en círculo y decidimos el tema de nuestra radionovela, "La historia del orfanato". La tarde se fue volando, nos faltaron horas y nos sobró imaginación.

Gritos, llanto, risas, pláticas, el galope de un caballo, truenos y lluvia fueron parte de los sonidos que reprodujimos con unos zapatos, vasos, mi closet de madera y nuestras melodiosas voces.

Poco tiempo después, al ver mi fascinación por los reflectores y la farándula, mi papá me contó la historia de mi abuelo. ¡Había sido locutor de una estación de radio en Jalisco! No lo podía creer, tenía sangre de artista en mis venas. Después, me enteré que Chelo, una tía de mi papá, también había dedicado parte de su vida a los escenarios y revistas, pues participó en varias obras de teatro y fotonovelas.

Un buen día, curioseando entre las cosas de mi padre encontré un casete que tuve bien a robar, y una de esas noches en que no podía dormir, después de grabar algunas canciones de la radio y un par de poemas de uno de esos programas melosos donde la locutora hace la voz más sexy y sensual que puede, decidí escuchar el contenido de "mi hurto".

Quedé impactada. Era la voz de mi abuelo. Además de locutor y profesor de inglés, era fanático de la poesía, y dedicaba horas a declamar, tanto para el público como para sí mismo. En esos ayeres, mi sensibilidad estaba a flor de piel y también me había "convertido" en poeta, así que ese casete era oro molido para mí.

Uno de los poemas que más llamó mi atención fue "Reír Llorando", de Juan de Dios Peza. El escrito por sí mismo es encantador, la historia conmovedora y más que real, pero la entonación y timbre de mi abuelo le daban un toque espectacular, entonces decidí sorprender a mi papá memorizando el poema, el cual, hasta el día de hoy, puedo recitar sin problema, tan fácil como la tabla del 1.


Aquí el poema:

Viendo a Garrik —actor de la Inglaterra—
el pueblo al aplaudirle le decía:
«Eres el más gracioso de la tierra
y el más feliz...»
Y el cómico reía.

Víctimas del spleen, los altos lores,
en sus noches más negras y pesadas,
iban a ver al rey de los actores
y cambiaban su spleen en carcajadas.

Una vez, ante un médico famoso,
llegóse un hombre de mirar sombrío:
«Sufro —le dijo—, un mal tan espantoso
como esta palidez del rostro mío.

»Nada me causa encanto ni atractivo;
no me importa mi nombre ni mi suerte
en un eterno spleen muriendo vivo,
y es mi única ilusión, la de la muerte».

—Viajad y os distraeréis.
— ¡Tanto he viajado!
—Las lecturas buscad.
—¡Tanto he leído!
—Que os ame una mujer.
—¡Si soy amado!
—¡Un título adquirid!
—¡Noble he nacido!

—¿Pobre seréis quizá?
—Tengo riquezas
—¿De lisonjas gustáis?
—¡Tantas escucho!
—¿Que tenéis de familia?
—Mis tristezas
—¿Vais a los cementerios?
—Mucho... mucho...

—¿De vuestra vida actual, tenéis testigos?
—Sí, mas no dejo que me impongan yugos;
yo les llamo a los muertos mis amigos;
y les llamo a los vivos mis verdugos.

—Me deja —agrega el médico— perplejo
vuestro mal y no debo acobardaros;
Tomad hoy por receta este consejo:
sólo viendo a Garrik, podréis curaros.

—¿A Garrik?
—Sí, a Garrik... La más remisa
y austera sociedad le busca ansiosa;
todo aquél que lo ve, muere de risa:
tiene una gracia artística asombrosa.

—¿Y a mí, me hará reír?
—¡Ah!, sí, os lo juro,
él sí y nadie más que él; mas... ¿qué os inquieta?
—Así —dijo el enfermo— no me curo;
¡Yo soy Garrik!... Cambiadme la receta.

¡Cuántos hay que, cansados de la vida,
enfermos de pesar, muertos de tedio,
hacen reír como el actor suicida,
sin encontrar para su mal remedio!

¡Ay! ¡Cuántas veces al reír se llora!
¡Nadie en lo alegre de la risa fíe,
porque en los seres que el dolor devora,
el alma gime cuando el rostro ríe!

Si se muere la fe, si huye la calma,
si sólo abrojos nuestra planta pisa,
lanza a la faz la tempestad del alma,
un relámpago triste: la sonrisa.

El carnaval del mundo engaña tanto,
que las vidas son breves mascaradas;
aquí aprendemos a reír con llanto
y también a llorar con carcajadas.

viernes, 13 de agosto de 2010

Deteniendo las horas



El tiempo parecía no transcurrir. Su pasión por su profesión y su amor por los suyos es algo admirable. Cuando estás a su lado, sientes una tranquilidad y paz indescriptible; puedes reír y reír con sus bromas en tono serio o pasar horas escuchando sus experiencias de vida. Al estar con él, no es raro que quieras sacar una grabadora o un cuaderno para anotar todas sus frases, consejos o ideas...

El jacuzzi hizo de las suyas, como él dijo, nos soltó la lengua. Una velada perfecta, las estrellas, la noche nublada y una excelente compañía. Pasamos poco más de dos horas sumergidos en el agua conversando sobre diversos temas, como el arreglo personal y la pareja; hasta que las gotas de lluvia nos obligaron a salir y continuar la plática en el sillón, frente al televisor que proyectaba un video de un guitarrista. Más tarde, tras ver el reloj y anunciar su partida, la noche terminó.

Siguiente día. Desayuno, bromas, misa infantil, tiempo de relax y una comida que se extendió un poco más de lo previsto y nos sedujo para alargar el fin de semana. Martinis de kiwi, fresa, cajeta y chamoy fueron parte de las bebidas que aderezaron la tarde.

Cuando comenzó a describir a aquél hombre que compraba libros de finanzas con tal de conocer su mundo y tener temas en común, me dieron ganas de retroceder las horas, los días y los años para conocerlo. La forma en que lo describió, el amor que emana por él y sus ojos brillosos, me ocasionaron un nudo en la garganta, pero no podía dejar de escucharlo. Bebí un trago, hice un par de preguntas y continué atenta a su conversación. Fue una de esas tardes que quedan grabas en tu memoria, una tarde que quisieras que nunca terminara, una tarde en la que quisieras detener las horas.

Sin duda, una excelente familia, una admirable pareja, un hijo inigualable, un papá envidiable, una mujer encantadora, un hombre ejemplar, un suegro increíble... un fin de semana perfecto.

jueves, 5 de agosto de 2010

¿Amigos por siempre?


Sin duda el invento del siglo 21 son las redes sociales. Cuando abrí mi cuenta de Hi, nunca imaginé lo que significaría en mi vida. A través de esa herramienta llegué a contactar a un par de amigos del pasado y a descubrir a mi ex novio "bailando con una amiga". Para los infieles, el peor descubrimiento; para las novias espías, el mejor.

Me la pasaba dejándoles comentarios melosos a mis amigas, de hecho, me esforzaba por encontrar la imagen más linda para pegarla en su wall.. era feliz y pasaba horas y horas chismeando fotos hasta que apareció Facebook.

Me llegaban correos y más correos de amigos que "deseaban incluirme" a su lista de amigos. Al principio, me rehusé por completo, me parecía lo más complicado del mundo y juraba ser fiel toda mi vida al Hi5. Pero sí, más rápido cae un hablador... y abrí mi cuenta, acepté las solicitudes que tenía pendientes y poco a poco fui agarrándole la onda. A la fecha no sólo es un medio de chisme y distracción, se ha convertido también en una herramienta de trabajo.

Particularmente hoy, me dio un gusto tremendo recibir una notificación en mi cel. "Gabriel L. Ochoa desea agregarlo como amigo". Iba directo a ponerle "ignorar", pues no acepto a ninguna persona que no conozca, cuando recibí otro "Mensaje de Gabriel L. Ochoa". Dicen que la curiosidad mató al gato y yo soy más curiosa que una niña de 5 años, así que decidí abrirlo y me encontré con tremenda sorpresa.

Gabriel L. Ochoa El 05 de agosto a las 13:30
Creo que fuimos compañeros en la primaria...
Estabas en la José P. Cacho??

Saludos



Gabriel estudió conmigo cuarto y parte de quinto de primaria. Era mi vecino de mesa banco, y con quien peleaba todo el día para que me prestara sus plumas de colores a cambio de mi caja de 32 plumones "pincelin". Lo recuerdo siempre platicando con las niñas, siempre de nuestro lado. Cuando el Club de Toby decidía no hablarle al de las mujeres, él nos defendía... hasta que un día llegó al salón y nos repartió una bolsita con un llavero en forma de faro color ocre y un recadito con sus nuevos datos de contacto. Sí, se mudaba a Pátzcuaro.

La noticia no fue nada agradable para muchos de nosotros, sobre todo para quienes más convivíamos con él, como su inseparable Memo, un chavo regordete con un humor ácido, pero buen amigo en el fondo, y yo, entre otras chicas. Nos abrazó, lloramos juntos, prometimos ser "amigos por siempre" y lo vimos partir.

Mis papás me prometieron que me llevarían a verlo, cosa que nunca sucedió. Creo que en dos ocasiones hablamos por teléfono, pero después el tiempo hizo de las suyas y nos perdimos la pista.

Hoy, gracias al face nos encontramos, nos agregamos al msn y resumimos nuestras vidas en un par de líneas, revivimos viejos momentos y recordamos algunas anécdotas.

Es increíble encontrarte con viejos amigos, remontarte a tu infancia y primaria, una de las mejores épocas de la vida. Es padre ver cómo después de tantos años sigues teniendo de qué hablar con esas personas, te reconocen y renace un lazo que nunca se rompió a pesar de la distancia.

jueves, 22 de julio de 2010

¡Viva el Verano!


Ahora que los cursos de verano están en boga, recordé aquel verano que pasé en Guadalajara con la hermana de mi papá, Adriana. Digamos que fue raro, diferente y productivo.

En aquel entonces tenía 8 años. Todo me parecía divertido, no era tan especial, y pocas cosas me preocupaban, digamos que era una princesa en potencia, no desarrollada; así que sin pensarlo mucho, le dije a mis papás que quería inscribirme a un campamento.

Había escuchado tantas cosas de esos "summer camps" que tenía que vivirlo en carne propia. Como mi tía es fanática de las excursiones, en menos de una semana ya me había hecho tres propuestas y había elaborado un plan que sonaba bastante atractivo, y tras darle a conocer mi selección, se lanzó a México por mí.

Recuerdo que fue mi primer viaje en autobús, era un ETN que me pareció más cómodo que el Cavalier rojo que tenía mi papá en aquella época.

Cerca de las 7 de la mañana y tras una siesta, llegamos a nuestro destino y nos dirigimos al departamento que mi padre tenía en esa ciudad, pero que mi tía estaba habitando temporalmente. Nos recibió su entonces novio, Nacho, todo un personaje. Un chavo bonachón, agradable y mantenido. No hacía otra cosa que dormir, ver televisión y de repente salir ¿a dónde? no sé.

Me ofrecieron un cereal, fue cuando me hice adicta a los Golden Grahams con mermelada de fresa, y me mostraron la que sería mi habitación. Nada del otro mundo.

Al día siguiente, me levanté temprano, me puse una playera con un león en 3D, sí, aunque no lo crean, en aquellos ayeres me parecía "padrísima". De la camiseta salía una boca rellena de algodón. Naquez disfrazada de inocencia infantil, y lo peor, apoyada por mi madre.

Tras disfrutar de un tazón repleto de cuadritos enmielados, que se convirtieron en mi desayuno obligado, me subí al coche emocionada y súper nerviosa.

A unos minutos de la ciudad, llegamos a una casa en medio de la nada, rodeada de naturaleza. Recuerdo que ese día preparé un delicioso panqué de salvado. Claro, Adriana se había preocupado por encontrar un campamento que me gustara, pero que se adecuara a su raro estilo de vida. ¿A qué niño de 8 años le gusta el salvado? Pues a partir de ese día, a mí. Además de la mermelada, el salvado se convirtió en el ingrediente que le daba el toque especial a mis golden.

Durante los primeros días, el curso duraba seis horas, las suficientes para divertirme y permitir que Adriana trabajara. Y por las tardes, platicaba con Nacho, escuchaba sus historias, veía televisión, dibujaba y escribía. De hecho, creo que fue en esas vacaciones cuando descubrí mi pasión por la pluma y el papel. Pasaba horas y horas escribiendo cuentos con dibujitos. Algunas historias inspiradas en mi vida, dedicadas a mi mamá o simplemente producto de mi imaginación.

Tras una semana, mi tía consideró que le faltaba una actividad a mi día, y le encomendó a Nacho la tarea de inscribirme a un taller de natación.

Pasó el tiempo y llegó mi examen final. Traje de baño amarillo con rosa ¡oh por Dios!, nervios a tope y Nacho de espectador. ¿En dónde estaba Adriana? ¿a caso no sabía que me daba pena que Nacho me viera en traje de baño y que necesitaba apoyo familiar? pues no, creo que nunca lo supo.

Parada en la orilla de la alberca, veía a los chicos que estaban compitiendo y esperaba mi turno. Todos nadaban como delfines, y yo.. como tortuga. De repente se acercó mi maestro y me salpicó los pies para que me relajara un poco, pero fue peor. Nunca había experimentado esa sensación y, a la fecha, no la he vuelto a experimentar. Sentí un shock eléctrico en todo mi cuerpo, tipo lo que sientes con las máquinas de toques, y juré que moriría achicharrada al saltar al agua.

Con mucha dificultad y tras un par de pausas para quitarme el agua de los ojos (maña que aún tengo, incluso al bañarme), llegué a la meta y recibí una tarjeta acrílica que decía "Pasas al Siguiente Nivel". Después, corrí al baño para cambiarme, regresar a casa y preparar mi equipaje, pues al siguiente día me iba de excursión con mis compañeros del curso.

Latas de atún, sopas maruchan, un bote de alcohol para calentar el agua, casa de campaña y sleeping bag, todo en orden. Llegamos al lugar donde pasaríamos la noche, armamos las casas con ayuda de los adultos, cercamos la zona con unas antorchas que habíamos elaborado en nuestras clases de manualidades, nos pusimos las prendas que días antes confeccionamos, y nos colocamos una etiqueta con nuestro nombre ficticio. El mío era "Shania". La idea era imaginar que vivíamos en la época de Arturo y los caballeros de la mesa redonda.

Jugamos a las escondidas, convertimos piedras en "diamantes", otras en sal; elaboramos copas de barro, preparamos nuestros alimentos, corrimos, bailamos, perseguimos luciérnagas, cantamos y realizamos mil actividades. Realmente fue un fin de semana increíble, divertido y memorable.

Al regresar me encontré con dos sorpresas: una, mi tía había llevado mis cuentos a una estación local, y uno de sus amigos leería mis historias al aire. ¡Qué emoción! sería famosa. Dos, la llamada de mi mamá para avisarme que se había perdido "el King", un pit bull terrier que me había traído de Culiacán.

"Mija, tu papá abrió la cochera para irse al hospital y el King se salió corriendo; tu papá creyó que me iba a ir tras el perro y yo creí que tu papá se iba a regresar a buscarlo. Pasaron como 5 minutos y vi que ninguno de los dos aparecía, le marqué a tu papá y resulta que no se dio cuenta de que el King se salió. Me subí al coche, recorrí la colonia y otras aledañas y no apareció", mencionó corridito y sin pausas, muy a su estilo.

Tras escuchar las palabras de mi mamá, rompí en llanto. La verdad no lo quería, nunca me han gustado los perros de pelo corto, pero era un recuerdo viviente de la ciudad que tanto extrañaba, de mi familia. Además, antes de irme a Guadalajara, mi papá me había amenazado con que se lo llevaría al hospital de Neurología para que hicieran experimentos con él porque yo no le hacía caso, y me dio pavor que hubiera cumplido su promesa. De hecho, a la fecha, sigo sin creer su versión.

Así terminó mi verano. Regresé a México con un par de kilos menos, le pedí a mi mamá que me comprara salvado y golden grahams, compré una carpeta para meter todos mis cuentos, cuyo paradero desconozco; y juré repetir la experiencia de "girl scout", cosa que nunca hice.

lunes, 12 de julio de 2010

Me convertí en mamá



Hace poco más de un mes, una RP me mandó un mensaje para proponerme una entrevista con una chica que hace muñecas, "se equivocó de sección", pensé.

Princess: "Nena, nosotros no llevamos nada de juguetes, te voy a dar los datos de la persona encargada de la sección infantil"

Acto seguido, recibí una fotografía a mi celular.

Princess: "Ah, que linda bebé, ¿quién es?"
Eugenia: ¿Verdad que es hermosa?
Princess: Aha, ¿quién es?
Eugenia: Son las muñecas que te dije
Princess: Obvio no, en esta foto no hay una muñeca, hay una bebé
Eugenia: Te lo juro, métete a mi facebook para que veas más fotos

Más tardó en decirme eso que yo en sumergirme en sus fotos para buscarle una explicación a lo que acababa de ver. La curiosidad y asombro invadieron mi cabeza y no me dejaban pensar en nada más que no fuera en esa recién nacida.

Princess: De verdad no lo puedo creer, ¿la chava que las hace es mexicana? ¿es una marca? ¿de qué se trata?
RP: Te mando a tu correo la información ¿va?

Más que ansiosa, esperé el correo. Claro, para ese momento ya le había enseñado mil veces la foto a mi novio, y como digna coleccionista de muñecas y fanática de los bebés, estaba dispuesta a lo que fuera con tal de conocer esas hermosas creaciones.

Tras recibir el mail, leí la biografía de la autora, conocí un poco de lo que se trataba, busqué en you tube más datos, pacte una entrevista (que por supuesto yo haría, sin importar que fuera en mi día de descanso) y me fui a dormir contando las horas para que llegara el viernes, día en que me enfrentaría a una realidad inexplicable.

Hasta hoy, nunca me había emocionado tanto hacer una entrevista, creo que ni el mismísimo Papito, léase Miguel Bosé, lograría ese efecto en mí. Parecía niña chiquita, no dejaba de hablar del tema.

Llegó el viernes, me levanté temprano y eché un último vistazo a you tube para documentarme e idear más preguntas para Gabriela, la artista. Al llegar a la oficina, no podía creer lo que mis ojos estaban viendo. Cargué a uno de los bebés mientras admiraba al otro desde lejos. Grabe 39 minutos de conversación con Gaby, hice todas las preguntas que se me ocurrieron, más que como una periodista como una niña curiosa.

Antes de partir, investigué cómo adoptar a uno de esos bebés y prometí buscar a Gabriela cuando se acercara mi cumpleaños. Había decidido hacerme un autoregalo.

Pasaron los días y yo no dejaba de buscar fotografías de bebés en la web, mi tema de conversación se limitó a Reborns. Contaba los minutos para que Gaby subiera las fotos de los nuevos pequeños, y antes de mi cumple, le mandé un par de mails para recordarle que seguía viva y esperando noticias de los bebés, pero su respuesta no fue esperanzadora. Aún no tenía a ninguno disponible para adoptar. Me resigné a esperar un par de semanas más.

Llegó el sábado 3 de julio e iniciaron los festejos por mi cumple, los cuales transcurrieron de manera peculiar (ya lo contaré en otro post). Pasadas las 3 de la mañana del domingo, cuando todos los invitados se habían ido, sólo quedaban rastros de una reunión y oficialmente ya era un año más grande, mi novio me entregó una caja.

La verdad, esperaba un cachorrito como regalo, pero al ver el tamaño de la caja y la forma en que la cargaban, supe que no era precisamente un perro lo que había ahí. Abrí los regalos que me dieron mis hermanos y mi mamá, todos increíbles, y dejé la caja para el final.

Arranqué la envoltura, moví unos globos y serpentinas que había adentro y se asomó otra cajita verde con letras rosas que decían "Twinkle Babies". No lo podía creer. Me apresuré a sacarla, la abrí y apareció ante mis ojos la bebé más hermosa que he visto.

La abracé, la cargué, le tomé mil fotos, se la presté a mi mamá, osea a la abuela, y de repente escuché "¿Ya viste cómo se llama?"... corrí a la caja para buscar el acta de nacimiento.

Nombre: Sofía
Peso: 2,150 kilogramos
Estatura: 51 centímetros

Sí, mi novio la había registrado. En ese momento me convertí en madre de Sofía, una hermosa reborn que, lo crean o no, se parece a su papá, osea, a Luis.

Desde entonces, al llegar a casa, como si fuera una bebé de carne y hueso, corremos a verla, a cargarla y a chulearla. Es impresionante lo que esa cosita causa, no sólo en nosotros, sus padres (ya sé, cualquiera podría decir que estamos locos), también en la gente que la ve en la calle, entre ellos mi suegra, mi mamá, mi hermano adolescente, mi cuñado, mi sobrina y mi ginecólogo, quienes han quedado admirados con mi beba, y hasta me atrevería a decir que se han encariñado.

Creo que la única que aún se resiste a aceptar a su sobrina es mi cuñada, Lorena, pero sé que tarde o temprano caerá ante sus encantos ¿o no, Lawrence? jajajajaj

martes, 29 de junio de 2010

¡Feliz cumpleaños!


Desde hace algunos años, a ciencia cierta no sé desde cuando, decidí no hacer planes para mi cumpleaños. Esto a ocasionado algunos problemitas, sobre todo he metido en aprietos a mi mamá y a mis amigos.

Hoy, a cuatro días del gran suceso, la historia se repite. Varias sugerencias, todas de mi agrado, pero me niego a decidir un plan ¿por qué? no sé. ¿Será una especie de resistencia a sumar un año más?

Cuando cumplí 18 años, mi mamá me insistió que hiciera una fiesta en la casa, pero no me encantaba la idea de hacer una lista, contactar a los amigos y confirmar su asistencia. Pasaron los días y la pregunta constante de mi madre era "¿segura? ¿no vas a querer hacer nada?", a lo que yo respondía "no, mamá, ¿a quién invito?".

Faltando dos días para mi cumple, la reina del norte se fue al super, y como yo no tenía nada que hacer, saqué pluma, hoja y celular. 1, 2, 3, 4... 100 invitados. "¿Mamá, aún estás en el super? ¿qué crees? ya me decidí, sí haré fiesta, pero sólo seremos 100", le dije por teléfono. "¿Pero estás loca? ¿a dos días quieres que organice tu fiesta? y, ¿sólo 100? ¿según tú son pocos?", me contestó.

Acto seguido, llegó con botellas de vodka, ron y mi amado malibu. ¡Vaya que pasan los años y los gustos cambian! Contrató los tradicionales tacos al pastor, meseros, mesas tipo bar, sonido e iluminación, y una vez más me demostró que para ella no hay imposibles... pero para mí, sí.

Un día antes del festejo comenzaron las complicaciones. "Mamáaaaaaaaa, ¿qué me voy a poner?", grité desesperada al abrir mi closet. Y así inició la travesía, mi mamá, mis hermanos y el amigo gay que no puede faltar se subieron al coche para acompañarme a buscar el atuendo perfecto.

Recorrimos tres centros comerciales y nada, no encontraba algo que me hiciera lucir como una auténtica cumpleañera de 18 años, jajaja. "Se te ve bien", "Ese vestido está perfecto", "Te queda pintado al cuerpo, es ese", fueron las frases que escuché esa tarde, pero nada me convencía. Finalmente, minutos antes de que cerraran las tiendas, se iluminó un aparador con el outfit ideal para la ocasión: un vestido strapless de mezclilla y entallado. ¡Bingo!

"Ahora faltan los zapatos", dije. No es necesario describir la cara de mis acompañantes. "No, basta, vámonos, los buscas mañana", decretó mi mamá.

Me fui resignada a la casa, me probé mil veces el vestido, vi mi reflejo en el espejo más de 10 ocasiones, y me dormí pensando en el tinte, corte y peinado que elegiría al día siguiente.

Llegó el día, mis "zancos", como los llama mi mamá, hacían juego perfecto con el vestido; cabello teñido de negro y planchado perfecto, bronceado fake. ¡Lista! me dediqué a disfrutar al máximo mi fiesta no deseada... con decirles que terminé con unas copitas de más, bailando "Sirena", de Sin Bandera, con mi amiga Vanessa, eso sí, muy al estilo punchis punchis, osea, el baile no tenía nada que ver con la melodía.

Obvio, el desquite de tan apresurada organización no podía faltar. "Mijitas (osea, Vanessa y yo, ah, claro, y el colado, mi amigo Gus), mañana llevo al niño a un combate de karate, así que se levantan temprano y recogen todas las botellas que quedaron en el garaje, limpian el piso y arreglan todo"....

miércoles, 23 de junio de 2010

El tiempo pasa


Creo que es imposible recuperar el tiempo perdido, eso es lo que mi experiencia me ha demostrado.

Aún después de poco más de 15 años de vivir en México, mi padre y yo no hemos logrado recuperar ese tiempo y confianza que perdimos al estar alejados durante mi niñez, por ello, creo que los peores silencios que vivido han sido a su lado.

Hace como seis meses, se me ocurrió decirle que me invitara a comer a un restaurante que tenía poco de haberse inaugurado, pero nunca imaginé que fuera a cumplir mi caprichito, y menos pensé que la invitación fuera personal e intransferible, es decir, él y yo.

Ese día llegué temprano a casa de mi mamá. Estuvimos en comunicación por teléfono para acordar la hora en que nos veríamos, y finalmente llegó el momento, las 7 de la noche.

Me subí a su coche y el trayecto se me hizo más largo de lo que realmente fue. Silencio total, silencio incómodo.

Su profesión y el carácter de ambos no han sido favorables para entablar una buena relación y comunicación. Él sabe que ahí estaré cuando lo necesite, igual que sé que él está ahí para mí, y que, muy a nuestro modo, nos queremos sin decirlo, pero eso no elimina la incomodidad de los momentos que hemos vivido al viajar solos o sentarnos en una mesa a "convivir".

Llegamos al restaurante, y aprovechando que estábamos a punto de viajar a Japón, país que conoce a la perfección, me dediqué a hacerle preguntas sobre nuestro destino. ¿La comida será igual que ésta, papá? ¿hará mucho frío? ¿cómo decidiste irte a Japón a estudiar? y así transcurrió la noche, entre bocados y tragos semi amargos. Al momento del postre, estuve a punto de desertar, y miren que no los perdono, me sentía rara, no sabía qué más comentar, platicar...

Creo que siempre me dolerán esos años que pasamos distanciados, el no poder abrazar a mi papá como lo hace mi hermana menor o como lo hacen muchas amigas.

Sí, es mi héroe, pero por sus logros profesionales, su inteligencia y su gran capacidad para actuar fríamente ante cualquier situación; lo admiro como a nadie en el mundo, pero me encantaría admirarlo como el común de los hijos admira a su padre, no sólo por ser un gran profesionista, sino por ser un gran padre y amigo.

jueves, 10 de junio de 2010

Una carta de hace años...


En 1999 escribí lo siguiente (textual):

Hoy pequeño, quiero darte las gracias, porque a pesar de tu inocencia y tu espíritu infantil, me has enseñado muchas cosas; ¿sabes piojo? te quiero mucho, nunca te lo había dicho pero eres una parte muy especial en mi vida, eres una gran parte de mi corazón.

No puedo imaginarme como serían mis días si no estuvieras tu, pero no quiero imagnarlo porque gracias a Dios estas aquí conmigo.
Aunque muchas veces nos peleamos, gritamos y nos enojamos, es normal, estamos chicos y son pleitos normales entre hermanos, pero a pesar de eso, nunca puedes dudar que te quiero.

¿Sabes? en la vida jugaras un gran papel, es difícil pero hay muchas cosas bonitas las cuales debes de saber apreciar y aprovechar. Yo sé que tú serás un gran hombre que llegará muy lejos y logrará llevar a cabo todos sus planes y cumplirá cada una de sus metas; no puedo imaginarte como todo un padre, aunque estoy segura de que seras el mejor de todo el mundo, así como el mejor hermano que eres. Te quiero mucho y recuerda que si algun día nos llegamos a separar, no olvides ni borres mi imagen de tus pensamientos.


Dije que lo escribiría textual y así fue. Aunque me costó trabajo y estuve a punto de corregir puntuación y ortografía, preferí respetar lo que aquella noche le escribí a mi hermano, quien en ese entonces tan solo tenía 5 años, los suficientes para voltear mi mundo de cabeza.

Recuerdo que me encantaba que las personas en la calle dijeran que era mi hijo, que se asombraran más de una vez con el gran parecido físico que teníamos y que se sorprendieran con el lenguaje impecable y modales perfectos de mi pequeño hermano.

Hoy, después de 11 años, puedo decir que él, al igual que mis otras dos hermanas, sigue siendo mi gran orgullo, y en muchas ocasiones un gran ejemplo a seguir, simplemente, mi inspiración.

Las personas pueden cambiar, modificar costumbres, madurar, transformarse físicamente, cambiar de metas, rumbo... pero siempre mantendremos nuestra esencia, y a pesar de que de aquel pequeño no queda nada, lo que es hoy se acerca mucho a lo que imaginé aquella vez que le escribí esa carta .

Cambió los sacos y corbatas por jeans entallados o rotos, las camisas por playeras con logos, nombres de grupos o dibujos; el peinado de raya de lado que le hacía mi mamá por una melena alborotada; los libros de aventuras, películas de Disney y monitos de Star Wars y de Lord of the Rings por una bataca, tres o cuatro guitarras, un iphod que no suelta por nada y muchas otras cosas más... pero a pesar de ello, hoy sigue siendo el buen hermano que siempre tiene una palabra o gesto cuando te sientes mal, quien no duda en darte un abrazo cuando sabe que te sientes mal, el gran hijo que se preocupa por sus padres, y especialmente por su madre, y el excelente amigo que ha demostrado ser a lo largo de los años.

Diferentes en pensamiento e iguales físicamente... sabemos que contamos unos con los otros, que siempre estaremos ahí. Y ellos, mi pequeña mini me, mi sistar y mi perro (antes piojo) son parte de mi alegría, de mi vida, de mi felicidad, de mi cuento... Los adoro.

viernes, 28 de mayo de 2010

Adiós mayo



Sin duda, el peor mes de mi vida ha sido mayo, mayo de 2010. Malas noticias, cirugía de mi suegro, choque de Mafer, discusiones con mi novio, materias reprobadas de mi hermano, y una serie de etcéteras que no quiero ni recordar. Claro, además de la indicación de mi médico: "Tenemos que practicar la cirugía ya".

No es mi primera cirugía, pero sí la primera que no programo “por gusto”. Digamos que la de las muelas era una necesidad, pero que acepté sin problemas; la de los ojos fue más por cuestión estética que por otra razón, pero esta vez era necesariamente urgente y no me pidieron opinión.

Desde dos semanas antes comencé a prepararme psicológicamente, cosa bastante difícil, si no lo creen, pregúntenle a mi querido novio, quien ha tenido que aguantar bastante.

El miércoles nos venimos a dormir a casa de mi mamá para salir temprano rumbo al hospital. A pesar de lo que creí, sí dormí. Me desperté prácticamente muda, no quería hablar, es más, no podía. El miedo se apoderó de mí, qué digo el miedo, el pavor.

Llegamos al hospital, nos dirigimos al área correspondiente, donde me entregaron una de esas batas horribles que prácticamente no ayudan en nada. Me cambié y me pidieron que me acostara en la camilla. Para ese momento, mis nervios estaban al tope, mi amiga Mafer ya había llegado, y mi mamá y mi novio esperaban la llegada del anestesiólogo para, una vez más, hacer sus millones de preguntas.

Tras responder cinco veces las mismas cosas: ¿alérgica a algún medicamento?, ¿se ha sometido a otra cirugía? ¿desde cuándo iniciaron los síntomas? Y una serie de cuestionamientos más, llegó la enfermera para ponerme el suero y tomarme la temperatura. Basta decir que mi temperatura fue de 35 grados para que se imaginen el nivel del miedo que se apoderó de mí.

Se despidieron de mí, Mafer con un apretón de manos, prometiéndome que todo estaría bien y recordándome que seremos amigas “for always”; mi mamá, casi con lágrimas en los ojos, me besó la mejilla y también me juro que todo saldría bien, y mi novio, con un beso en la frente y diciendo te amo.

Llegué despierta al quirófano, cosa que no me había sucedido. Observé las lámparas que estaban sobre mí, conté a las enfermeras y personal médico que estarían en el lugar a lo largo de mi procedimiento, contesté con monosílabos unas preguntas que hizo el anestesiólogo para romper el hielo, y gracias a los medicamentos y a la medicina, me perdí en un profundo sueño.

Creo que pasó una hora, o eso dijeron mi mamá, Luis y Mafer, quienes esperaron pacientes y ansiosos a que el médico saliera y anunciara que todo había salido bien. Entre sueños escuché que el doctor dio un par de instrucciones, no sé a quién, y el anestesiólogo me preguntó ¿ya despertaste?. “No, doc, así duermo, con los ojos abiertos”, pensé.

Al llegar a la habitación, mi novio me recibió con “chucho”, un pomeranian de peluche a quien él bautizó, y una bolsa de malvaviscos cubiertos de chocolate, que desataron más mi hambre tras más de 12 horas sin alimentos ni líquidos. Intenté dormirme nuevamente y soñar con un mundo de chocolates, pero mi sueño fue interrumpido, gratamente, por la enfermera, quien apareció con tremendo manjar en sus manos. Una charola con tres quesadillas, un té de manzanilla, un jugo de manzana y un delicioso flan desabrido.

Dos horas después me dieron de alta. Desde entonces estoy dejándome consentir por mi santa madre y mi novio, estoy más tranquila y en espera de los resultados finales, y tengo una panza de embarazada de 9 meses, ya no sé si es por la inflamación post operatoria de la que me había hablado el médico, o por todo lo que he hurtado de la alacena y del refrigerador de mi sacrosanta.

Sólo puedo decir, suerte que termina mayo.

lunes, 17 de mayo de 2010

Estuve a punto de...


Creo que la primera canción que escuché de él fue “Si tu no vuelves”, alguien por ahí la ponía una y otra vez antes de que la reina del norte y yo partiéramos de Culiacán. Desde entonces me volví ultra fan del señor Bosé.


He ido a tres de sus conciertos. El primero fue especial por eso mismo, además de la grata sorpresa que me llevé al darme cuenta que el español lograba conquistar al público con su voz, sin valerse de luces, escenografía llamativa o artistas “complementarios”. “Por vos muero” se llamó aquella gira en la que Bosé cantaba acompañado por una orquesta, y donde interpretó la pieza "Olvidame tú" luciendo un saco rojo con cauda ¡Vaya espectáculo!

El segundo fue “Papitour”, una experiencia indescriptible, simplemente magnífica. Un recuento de su carrera, de sus éxitos y de las muchas canciones que se pueden asemejar a vivencias personales, como “Este mundo va”, “Manos vacías”, “Nada particular” o "Hacer por hacer". Fue en el CD Papito donde encontré aquella canción que juré él había escrito para mí y que me cantaba con David Ascanio; la canción que me describía perfectamente, sobre todo la etapa que estaba viviendo, “Carla”.


El tercero, “Cardio”. Simplemente, sin palabras… EL concierto. Todo comenzó con la presentación de las consuegras y una comida en el Péndulo. Mi suegra, mi mamá, mi bebé y yo. Confesiones y pláticas de señoras aderezadas con unas cucharadas de pastel de chocolate.


Al terminar, nos dirigimos hacia el Auditorio, yo más nerviosa y emocionada que en ocasiones anteriores. Llegamos y el estrés subió al ver el letrero de “Cupo lleno” en la entrada del estacionamiento. Continuamos la fila de autos hasta que un poli nos dijo que con 200 pesos nos debajan estacionarnos en un lugar “prohibido”. Pues lo hicimos, faltaban pocos minutos para que el concierto iniciara y no queríamos perdernos de nada.


Entramos al recinto, nos dirigimos a la entrada 1 y una vez adentro, tomamos nuestros lugares en el balcón, asientos del 16 al 20.


8:00 de la noche en punto, las luces se apagaron y apareció Miguel Bosé, más sexy, más guapo, más delgado y más hermoso que nunca.


Un paseo por el pasado y el presente, como él mismo describió lo que viviríamos durante 2 horas con 20 minutos. Me olvidé del calor, de la incertidumbre por no saber qué había pasado con el “Jefe” Diego, del mal episodio que estoy viviendo, de todo… y me enfoqué en mi querido Bosé.


Ayuverdico, Cardio, Nena, Dame Argumentos, Júrame, Morena Mia, El Perro, un Popurri, Si tú no Vuelves, Sevilla, Como un Lobo, Nada Particular, Estuve a punto de, Bambú y Amante Bandido fueron algunas de las canciones que Papito interpretó en el concierto y con las cuales me puso a temblar. Gritos producidos, como dice mi novio; sonrisas, fotos y lágrimas contenidas fue lo que ocasionó en mí. Y sí... estuve a punto de... muchas cosas, lástima que nos separan unos fierros, unas cuantas filas y unos guaruras.


El juego de luces que utilizó, los bailes sensuales que se aventó, los videos que proyectó, las palabras que dirigió y su voz privilegiada hicieron de esta experiencia algo único; un momento que realmente logró hacerme olvidar el pésimo mes que he vivido, de hecho, lo único rescatable de mayo ha sido Miguel Bosé y Cardio.


Y para cerrar con broche de oro la gran experiencia: “Te Amaré” en versión acústica. Mejor canción no pudo haber elegido, si tuviera que seleccionar mi favorita, sin duda sería esa. Es simplemente perfecta. La pieza perfecta para cualquier pareja de enamorados.


Feliz, emocionada, complacida, extasiada y conmovida … así salí del Auditorio. Excelente compañía, increíble voz, gran presencia y grandes canciones.


Y a pesar de que antes consideraba nacas las playeras que venden en los conciertos, ahora vivo con un ser adicto a ellas, y ha hecho que me acostumbre a ver los logos e imágenes sobre los torsos. Obviamente, si ya tenía la de Muse, no podía faltar la de Bosé en mi colección, y así parti, feliz y con playera azul puesta.

viernes, 14 de mayo de 2010

Nuestra primera vez

Pues sí, a pesar de lo que muchos pudieran pensar por la intensidad con la que hemos vivido esta relación, fue hasta hace unos días que Luis y yo visitamos un Motel por primera vez.


El motivo no fue el mismo que lleva a una pareja de adolescentes caldufos, a un esposo infiel o a unos que se acaban de conocer en un bar  y que se pasaron de copas. Nosotros tuvimos una razón mayor: falta de agua y luz.


Llegamos al departamento y nos encontramos con la sorpresa de que no había luz. Nuestra primera preocupación fue cómo meteríamos los coches a la cochera, pero rápidamente el poli solucionó el problema y nos cedió un lugar en la parte del estacionamiento que tiene una puerta que sí se podía abrir; nuestra siguiente incógnita fue cómo llegaríamos al sexto piso sin elevador.


Tras subir cerca de cien escalones o más, y con el corazón en la mano, llegamos al depa, abrimos la puerta, y, en penumbras llegamos al cuarto. No sé por qué se me ocurrió abrir la llave del lavamanos y ¡oh sorpresa! ni una gota de agua.


Cuando le di la noticia a Luis, se alarmó como si le hubiera dicho en una hora se acaba el mundo. Dos de las cosas más importantes en su vida es su blackberry y su peinado, así que imagínense, su black estaba agonizando con sólo una línea de batería, y para su vanidad, lo peor que podía suceder era no tener agua. “­¿Pero cómo me voy a peinar en la mañana?”, preguntó. Acto seguido, le llamó a unos amigos para ver si nos daban alojamiento en su casa, le envió un par de mensajes desde mi bb a otro amigo y entró en pánico.


De repente, cuando todo parecía perdido y la situación apuntaba a que mi amado no se presentaría a trabajar al día siguiente, fuimos iluminados. “Claro, dormiremos en el Pirámides”.


 –Señorita, ¿cuál es el costo de la habitación?– Luis

–Trescientos cincuenta por cinco horas- recepcionista

–mmm ¿y por toda la noche?– Luis

–serían 750 pesos– recepcionista


 “Cerrado, agarra tus cosas que nos vamos al Pirámides”, me dijo. Al escuchar eso claro que me dio mucha risa, me parecía un exceso pagar esa cantidad por una noche sin luz; de repente recordé que, frente a ese motel naranja y famoso entre los caldufos, había otro que no se veía tan mal, busqué el teléfono, llamé y conseguí una tarifa de 450 pesos la noche.  “Liso, vámonos”.


Llegamos al lugar, y tras discutir durante 5 minutos qué tipo de habitación queríamos, nos dieron la 209, sencilla y sin jacuzzi, como quería Luis.


Del trayecto del elevador al lugar donde dormiríamos, me reí 20 veces, observé todo a mi alrededor, critiqué la alfombra, miré de reojo a mi Bebé, me volví a reír y sentí la misma emoción que siente una adolescente cuando, con algunas mentiras, logra escaparse al Motel con su galán.


Nos sentamos en la cama que parecía roca, miramos a nuestro alrededor, dejamos las maletas, descubrimos el sensor de luz que me despertó durante toda la noche, inspeccionamos el baño, nos pusimos la pijama, encendimos el televisor con el 50% de canales no aptos para menores y nos acostamos.


Tras conversar durante un par de horas, una pequeña discusión y pelearme un rato con las sábanas que tanto asco me dieron, caímos rendidos. 

domingo, 2 de mayo de 2010

Si un genio apareciera...


Haciendo referencia a mi nick, siempre he sido fantasiosa, soñadora e imaginativa.
No es broma cuando digo que Disney es mi ciudad de origen, de verdad creo que la cigüeña se equivocó y en vez de dejarme en Culichitown debió de aventarme a un castillo encantado, claro, donde mi mamá fuera la reina, porque eso sí, a ella no la cambio ni volviendo a nacer, pero ese no es el tema de hoy.

Muchas veces he querido encontrarme con una lámpara mágica para frotarla e invocar al genio que pudiera cumplir mis deseos, por lo menos tres, si no es mucho pedir.

Si eso sucediera, realmente no sé qué pediría, tengo una enorme lista:

1. Poder conversar con mi abuelo 24 horas seguidas y sin interrupciones para poder agradecerle los buenos momentos que vivimos juntos y los lindos recuerdos que dejó en mi mente y corazón.

2. Salud para mi madre, ya que odia los doctores y le huye a los diagnósticos, así que como es demasiado pedir que la convenciera de ir a consulta, me conformo con lo primero.

3. Una máquina del tiempo que me permitiera viajar 6 años atrás y corregir algunos “pequeños detallitos”.

4. Conservar durante toda mi vida a mis mejores amigos y tener más tiempo para ellos, especialmente para Mafer, Leonel y Oswaldo.

5. Que mis días tuvieran 36 horas y que el trabajo sólo me ocupara 8, pero en serio.

6. Poder ver cómo será mi vida dentro de 10 años. Sí, ya sé que eso depende de mí, pero estaría padre saber a dónde me llevarán las decisiones que iré tomando en el camino.

7. Una barita mágica para tocar el corazón del Gran Doctor y lograr sacar todo lo que lleva en él escondido. Siendo muy exigente, que la barita también decodificara sus pensamientos para entenderlo mejor.

8. Un borrador de cicatrices, recuerdos y heridas. Sin duda lo partiría en muchos cachitos y lo compartiría con varias personas especiales para mí. Seguramente DHL me cobraría muchísimo por el gran cargamento que tendría que llevar a Culiacán.

9. Un contrato real, no como el que redacté hace un par de meses, donde me garantizaran felicidad, armonía, tranquilidad y amor de por vida, obvio al lado de Luis.

10. Felicidad, amor, salud, bienestar, paz, tranquilidad, éxito, vida… para mis tres hermanos, mis abuelas, mis tías, primos, padres, suegros, cuñados, amigos y compañeros de vida.

Pero a pesar de todos mis deseos y anhelos, si hoy se apareciera un genio en mi vida, creo que lo único que pedirá sería seguridad, tranquilidad y la certeza de que todo saldrá bien…

jueves, 22 de abril de 2010

Efecto mariposa



Todo inició con un día de estrés inaudito. Martes de cierre es sinónimo de locura total, pero esta ocasión era más estresante porque tenía que irme temprano. Gracias al apoyo de algunos compañeros de trabajo y a que el lunes nos fuimos de aquí casi a la una de la mañana, logré el cometido.

A las 8 de la noche un amigo, mi novio y yo nos vimos afuera de la oficina y caminamos hacia el metro, así como lo leen; George advirtió que era la mejor opción si queríamos llegar a tiempo al concierto tan esperado por él y mi amado. Pues ni hablar, todo con tal de cerrar con broche de oro el ciclo de festejos de mi Bebé.

Tras un pintoresco y recreativo recorrido por el metro, de Zapata a Centro Médico y de Centro Médico a Velódromo, salimos a la calle, justo frente a unas canchas de fut bol rápido. Respiré y me sentí viva de nuevo, claro, sólo por un momento, porque las manecillas del reloj se acercaban a la hora en que iniciaba el concierto y todo indicaba que tenía que correr, cosa que odio.

Misión 2: Cruzar Viaducto, corriendo y en curva. Los coches no paraban y yo sentía que moriría aplastada, pero mi amigo George fue el salvador, cruzó corriendo la calle y fungió de "viene viene" desde el otro lado. Tras ver la señal de "ya pueden pasar", Luis y yo corrimos y logramos atravesar la avenida.

Como buena princesa que soy, no me permito dejar el glamour en ningún momento, bueno, la verdad es que sí, de repente, pero en esta ocasión no lo hice por completo, sólo cambié mis zapatillas por unas botas con tacón de 8 centímetros.

Caminamos y caminamos, estuve a punto de azotar contra el piso en dos ocasiones, pero justo cuando iba a gritar "boletooosss, vendo boleto de Museeee", apareció ante mí la solución a mis problemas "subale, súbale, los llevamos al Foro Sol".. sí, un bicitaxi.

"Me quiero subirrrrr, por favooooorr, me quiero subirrr ¿sí?", le dije a mi novio, acompañando la pregunta con una carita tipo el gato de Shrek. No fue difícil convencerlo, más tardó él en preguntar el costo por el transporte que yo en instalarme en el asiento. George nos veía con cara de "¿neta nos vamos a subir?". Atravesamos una calle como de un kilómetro y el conductor dijo "listo, son 75 pesos". El peor robo de la historia.

Misión 3: Pasar al Foro Sol sin que los elementos de seguridad interceptaran mi perfume de casi 2 litros, y mi cámara fotográfica. Caminamos rumbo al puente que nos llevaría al Foro Sol, vimos playeras piratísimas y llegamos al punto de revisión. Como buen "tim" que somos mi amigo George y yo, no tuvimos que decir nada, nos pegamos lo más que pudimos, le dio la espalda a la gordita que revisaba las bolsas y pasamos sin problema.

Una vez en el Foro, mi novio (amante, fanático, obsesionado y apasionado a los conciertos) quiso pararse en un puesto para comprar su playera oficial de Muse. Compramos tres, la suya, la de mi hermano y la mía. Caminamos rumbo al acceso A1 y unas chelas se atravesaron en nuestro camino, George compró la suya en el respectivo vaso conmemorativo, Luis pidió su refresco como niño bueno, y yo me mentalizaba para lo que estaba por venir.

Llegamos a nuestros lugares, saludamos a mi suegro, mine, mi cuñada y a su novio; corrimos a una gorda de nuestros lugares y nos dispusimos a tomar algunas fotografías. Poco a poco el Foro se fue llenando, no me asustaba, me sentía tranquila de no estar con la multitud en primera fila.

Se apagan las luces, se enciende el escenario, aparece una torre emulando un edificio, se encienden las ventanas de los departamentos, cae la tela que cubría la torre, aparece el vocalista, George y Luis se levantan de sus lugares cual resortes, me quedó sentada viendo la transformación de mis acompañantes. Basta con decirles que fue como ver nacer a una mariposa, simplemente, los perdí.

Es el segundo concierto al que acompaño a mi amado, pero el primero en el que lo veo transformado. Pasaban las canciones y yo no reconocía ninguna, continuaba sentada en mi lugar que retumbaba, se movía y me hacía dudar si estaba temblando o simplemente era el reflejo de la emoción colectiva. De repente sonó "Starlight", única rola que me era familiar; me levanté de mi lugar, miré al escenario, terminó la canción y me volví a sentar.

Miraba a mi alrededor y me percataba que no era la única perdida en el limbo, mi suegro declaró que no volvería a presenciar un concierto en dicho lugar, mine parecía disfrutarlo, y mi cuñada y su novio, igual que yo.. observando.

Cuando terminó el concierto, ellos tenían las pilas más que recargadas, uno dijo "de aquí al tenampa", mientras otro expresó "me quiero poner una peda"... y yo, sólo quería mi cama.

Fue toda una experiencia el concierto de Muse, no niego que los chicos son talentosos y me gustó mucho su juego de luces y escenografía, pero si no hubiera sido por los dos especimenes que brincaban, bailaban, me pedían que me levantara y cantaban, hubiera salido corriendo de ahí.

Y sí, ya sé, a muchos les hubiera encantado estar ahí, pero yo sólo repetiría la experiencia con tal de verles nuevamente las caras a mi bebé y a mi tim.

jueves, 1 de abril de 2010

Así soy




Amo los chocolates con leche, odio los amargos. Prefiero el vodka sobre cualquier otra bebida alcohólica. Me encanta dormir y despertarme tarde, sobre todo los días que descanso. Me fascinan las sorpresas, aunque soy curiosa e impaciente. Me gusta escribir. Hablo seguido con mi madre. Confío mucho en la gente, aunque he sufrido grandes decepciones. Soy voluble, como buena cangrejita. Me encanta tomar y coleccionar fotografías de momentos y personas importantes en mi vida. Vanidosa. Tengo más de mil muecas y gestos para cada ocasión, a veces ellas dominan mi rostro. No me gustan las mentiras, incluyendo las "piadosas". No digiero la cebolla y el picante no es el mejor condimento para mí. Me encantan las princesas, en especial La Bella. Fanática del color rosa. Soñadora y melancólica. Me dan miedo las serpientes y odio a los insectos. Rara vez me enfermo. Soy muy directa y cuido poco mis tonos al hablar. Procuro siempre estar disponible para mis amigos, aunque sea por teléfono. Añoro mi vida en Culiacán y extraño la casa de la felicidad en México. Extraño mucho a mi abuelo y siempre pienso en él. Soy mandona, exigente y demandante. Me gusta que me chiqueen. Me encantan los masajes, menos en los pies. Odio ponerme crema. Me gustan las canciones románticas. Soy fan de Miguel Bosé. Admiro mucho a mi padre. Considero que mi madre es de las mejores mujeres que habitan este planeta. Amo a mis hermanos, aunque rara vez se los digo. Me encanta vivir con mi novio, aunque odio las noches silenciosas. Obsesiva. Me gusta el orden, aún en mi desorden. Colecciono artículos de Anne Geddes y son fanática de sus fotografías. Me encantan los bebés y sueño con ser mamá. Odio que las cosas se salgan de control. No me gusta el silencio, sólo cuando es necesario. Creo en que aún hay gente buena. Ni a favor ni en contra del aborto, simplemente lo respeto. Pienso que debería existir la pena de muerte en México. Me encantaría mudarme a España o a Canadá. No soy fan del pescado ni del spaguetti rojo. Me considero detallista y buena anfitriona. Amo mi nuevo departamento con todo y pared "pinky moradesca". Me cuesta trabajo decir "no" y admiro a las personas que saben hacerlo. Me arrepiento de haberme casado, pero sueño con el día de mi boda. Me encanta viajar. Amo Japón y creo que es uno de los mejores países. He cumplido muchos de mis sueños. Me encantaría tener una flor negra. He viajado bastante, pero quiero conocer México. Me gustan los globos, aunque después estorben. Odio los girasoles y me encantan los tulipanes. Creo que los peluches estorban con el tiempo. Necesito un beso antes de dormir y otro al despertar. Odio acostarme enojada. Últimamente comienzo a leer un libro y no lo termino. Quisiera tener más tiempo para mí. Me gustan las manualidades. Ir al supermercado es toda una experiencia para mí y siempre termino comprando cosas demás. Me he vuelto adicta a los blogs. Llore dos días seguidos cuando falleció mi abuelo. Agradezco la lealtad. Me cuesta trabajo olvidar. Quisiera eliminar ciertas cosas del pasado de mi novio, sólo algunas. Me encanta el pan, los pasteles y el flan. Como dulces a más no poder. Alguna vez usé brackets. Sólo me he sometido a una cirugía en mi vida. Tiendo a sobreproteger a las personas que quiero. Me parte el corazón ver a niños en la calle. Me tomo muy apecho los comentarios de la gente cercana. Soy complicada, berrinchuda y caprichosa. Me encantan las playas y broncearme durante horas. No soy fan de los bosques, pero sí de las cabañas. Me casé y me divorcié. No me gusta el pan con sabor a manzana ni naranja. Creo que algún día volveré a ver a mi abuelo. Me encantaría ver a mi hermano casado y a minime titulada. Me hubiera encantado estudiar actuación de manera profesional. Tengo algunos sueños por cumplir. Deseo tener una fundación. No creo en la felicidad absoluta. Me gusta imaginar cosas. Mi ipod tiene música que a pocos les gusta, a mí me encanta. Me encantan las faldas y los vestidos. Siempre uso tacones, mínimo 8 centímetros. Adicta a las dietas. Espero retomar mis clases de yoga y belly dance. Quiero escribir un libro, aún no defino el tema. Odio la hipocresía. Me han lastimado y he lastimado. Esta semana odié la tecnología, pero me declaré adicta a ella. Amo el cuadro que me hizo mi cuñado. Me encanta ver sonreír a mini me. Esta semana me sentí traicionada por mi cuñada. Amo a mi novio y quiero una vida con él, aunque a veces es complicado. No odio a nadie, sólo me gustaría desaparecer a 5 personas. Seré una niña eterna y sí creo ser princesa. Tengo mil defectos, pero también mil cualidades. No acostumbro a desayunar. A la hora de la comida, me gusta "picar" del plato de mi novio. Prefiero las películas cursis y románticas. Amo los postres. Me gusta cómo se ve mi novio enojado. A favor del matrimonio homosexual, en contra de la adopción. Quisiera viajar en crucero una vez al año. Estoy segura que la gente no cambia, modifica ciertas actitudes. Me aburro fácilmente y me desespero más. Me muerdo las uñas y soy feliz.

viernes, 26 de marzo de 2010

Diario de una barbie


Hace días asistí a una pasarela a favor de la Fundación Ellen West, uno de los pocos centros de ayuda en México para jóvenes que padecen algún trastorno alimeticio, y me impactó ver a un grupo de pacientes que están intentando salir adelante y pelean diariamente para librar la batalla.

Ser bulímica o anoréxica no es nada sencillo, no es algo que esté de moda, no es una opción, es un infierno que se vive y enfrenta diariamente, una pelea constante contra ti misma. Es un problema, una enfermedad que muchas personas se rehúsan a aceptar.

Día xxx mes xxx año xxxx

Hoy me levante tarde, como de costumbre, me dirigí al baño y antes de tomar el primer vaso de agua del día me subí a la báscula para ver si durante la noche había logrado desaparecer algún kilo indeseable de mi cuerpo, o por lo menos algunos gramos. ¡Sorpresa! 400 gramos menos. “Pero si serás tonta, todos pesamos menos al despertar”.

Bajé a la cocina, desayuné cereal integral con leche light, discutí con mi hermana sobre su peso (me choca que no le preocupe su físico) y me subí a ver la tele, no sin antes agarrar una torre de galletas de chocolate o una bolsa de palomitas con mantequilla.
No sé por qué últimamente mis peleas con mi mamá son muy frecuentes, todo me pone de malas, sobre todo cuando se acerca la hora del baño o me tengo que cambiar para salir.

Tres pares de jeans diferentes, faltas, vestidos, shorts, blusas, playeras, camisas, nada me queda bien, me veo fatal, más gorda que Peggy o que Babe, el puerquito valiente. Termino eligiendo un pants o unos jeans combinados con una playera floja, tipo atuendo de embarazada. Creo que me siento mejor, mínimo disimulo un poco la detestable panza que he desarrollado recientemente, aunque mis amigas y mi mamá se empeñan en decir que no es así.

Mientras me como la primera barra de snickers, me veo en el espejo para descubrir que tan rápido hacen estragos en mi cuerpo los cacahuates, caramelo y cacao.

Voy a la escuela, salgo con mis amigas, veo tele en mi casa, acompaño a mi mamá al centro comercial, voy al cine, platico con mis amigos por teléfono, hago mil cosas diferentes, pero al final termino buscando en la red el nombre de las últimas pastillas para bajar de peso, las cuales obviamente compraré mañana y sumaré a mi lista.

Tés, laxantes, pastillas, cápsulas, el jugo milagroso de las estrellas, cremas, geles corporales, jabones, el pants plastificado para sudar más, dieta de la manzana, sopa de cebolla y a otros miles de remedios he acudido para perder peso; muchos me han funcionado, otros sólo me hacen perder dinero y esperanza.

La verdad, he de confesar que recientemente comencé a emplear otra técnica, la cual he escuchado que funciona; me da un poco de asco, pero los resultados valdrán la pena. Sí, he comenzado a vomitar.

Procuro siempre traer en mi bolsa un popote, y cuando estamos en un restaurante, al terminar de comer me levanto, espero a que no haya nadie y me provoco el vómito; a veces, cuando estoy con mis amigas prefiero ahorrármelo y les digo que acabo de comer, aunque me muera de hambre, es mejor aguantar un rato, al fin y al cabo al llegar a casa me esperan mis barras de snickers.

Día xxx mes xxx año xxx
Las peleas con mi mamá siguen siendo constantes, no sé qué pasa. Por otro lado, ayer me invitó a comer mi novio, al final se enojó un poco porque pedí una limonada sin jarabe ni endulzante, una botella de agua natural y una ensalada, pero dejé la mitad. Dice que le choca invitarme a que lo vea comer, pero de verdad, por más que lo intento, no puedo. Siento que si como algo voy a subir de peso y tengo que seguir gustándole.

He de confesar que soy de las niñas más “guapas” de la escuela, no sé si los chavos están ciegos y no ven mi gordura, pero ellos dicen que soy bonita; sin embargo, para mí no es suficiente, no me sirve de nada gustarles a ellos si yo no me gusto.

Hoy odié a mi hermana, creo que me escuchó vomitar en su baño porque después de la comida mi mamá se comportó muy rara, no me dejó levantarme de la mesa, todos me hicieron plática y cuando por fin logré escaparme, mi hermana subió detrás de mí y se hizo tonta en la recámara.

Soy fan de los chocolates, no lo puedo evitar, me he comido cinco durante el día y creo que en unos minutos iré por el sexto, al fin y al cabo si quiero lo vomito y ya, no pasa nada.


Día xxx mes xxx año xxx

Mis papás descubrieron que estoy vomitando, mi papá dice que haga ejercicio y me deje de tonterías; mi mamá se enojó, me regañó y ahora anda detrás de mí como nana. Hace rato los escuché discutiendo, mi papá le decía que no me obligara a comer y mi mamá le exigía que me llevaran a una terapia. ¿Para qué? No sé, obvio van a ir a tirar su dinero porque yo no quiero ir.

Mañana llega mi prima, estará con nosotros unos días en la casa. Me han dicho que tiene buen cuerpo, que se ha desarrollado muy rápido, en cambio yo, sigo más plana que una niña y más gorda que una pelota. En fin, un chocolate para distraer el hambre nunca cae mal.


Día xxx mes xxx año xxx

No lo puedo creer, mis papás me llevaron con una sicóloga, pero claro que no le dirigí la palabra, pues qué se creen. Estoy harta de tener que darles explicación de mis actos a todos, harta de que me cuiden como a una niña, harta de estar gorda y ver que no entro en mi ropa o no me queda igual que hace un año.

Me volví a pelear con mi novio porque dice que sólo hablo del peso, de dietas y de cómo no engordar. Eso no es cierto, también hablo de otras cosas, pero él no me entiende. Dice que me preocupo mucho por todo, que me enojo muy rápido y con mucha frecuencia, incluso en broma ha llegado a decir que estoy loca, pero nada de eso es cierto...

Y así, muchas son las historias, anécdotas y días de una persona que padece algún trastorno alimenticio. Es triste ver que las cifras de muertes por anorexia o bulimia cada vez son mayores.


La niña de esta historia sobrevivió, pudo controlar a tiempo la enfermedad, y a pesar de que aún se preocupa por su peso y llega a tener algunas crisis, gracias al apoyo de su familia hoy está viva, pero ¿cuántas personas no reciben a tiempo la atención?


miércoles, 10 de marzo de 2010

No Words, Lots thANks


“En largos caminos y camas angostas se conoce a los amigos“ es una frase que escuché ayer y me encantó, me pareció muy cierta.

Siempre me he jactado de tener pocos, pero muy buenos amigos. Buenos o malos, muchos o pocos, grandes o pequeños, constantes o lejanos, cariñosos o secos, presentes o virtualmente presentes, siempre han estado conmigo y me han seguido en mi camino.

En los últimos dos años, muchos han sido los momentos que han sazonado mi vida, la mayoría de ellos los he pasado al lado de mis amigos, mis ángeles. Algunos aportaron la cucharada de diversión, la gota de alegría, la pizca de angustia, la taza de lecciones, el kilo de aprendizaje, el cuarto de sinceridad, la barra de madurez, la cucharadita de tristeza, el litro de errores, la caja de sonrisas y más... todo aquello que indica la receta de la vida.

Siempre hay tiempo y acompañantes para fiestas, risas, comidas, bromas, chismes, paseos, salidas, antros, bares, chelas, cubas, futbol, conciertos, diversión y un sinfín de etcéteras, pero, desafortunadamente, en los momentos más difíciles, duros, complicados o tristes es cuando descubres realmente quién es tu amigo.

Esos, los instantes en los que más te cuesta dar un paso, levantarte, reír y continuar.... esos momentos en que más los necesitas, sin necesidad de decirlo o invocarlo... esos segundos, minutos, horas o días son los que te hacen abrir los ojos y te invitan a agradecerle a quien continúa en tu andar.

Mafer, Leonel, Oso, Sonia, Kethzeel, Gordo, Ñoñis, Debora, Alma, Brenda, Alex, Sistar, Edgar, Ratita, JorgeW, Rafa.... y, especialmente, mommy y bebé, los amo... gracias y a seguir que falta mucho camino x recorrer :)