jueves, 21 de enero de 2010

diMeNSión DeSCOnOCida

Hoy fue un día raro, emociones encontradas, sentimientos mezclados.

Por un lado el “yo nunca andaría con un hombre divorciado, aha, nunca hay que decir de esa agua no beberé; por otro, no quería lastimar al niño “y”, sin embargo le dije que lo quería ver.


Sus ojos (niño "y") me decían te quiero, no me quiero alejar, pero de sus labios salió un “lo siento, no puedo, ni quiero”. Por un lado mi ego me pedía que insistiera para darme el lujo de terminar la relación o decirle, “¿sabes qué? Me arrepentí”, pero en el fondo no quería lastimarlo, sobre todo porque creo que algo especial está a punto de nacer (esto es parte de la historia 2). Veía sus ojos, su cara, sus gestos, realmente me sentí mal ¿cómo fui tan tonta? Es un niño excepcional, cualquier mujer moriría por tenerlo a su lado, claro, yo no, pero bueno, el punto es que la historia se terminó. Como diría mi amigo emosho “te lo mereces maestra” y, sí, en efecto, me lo merezco por tonta, por no saber lo que quiero y por no dar mi brazo a torcer, por dejarme llevar por los comentarios de los demás y las impresiones de mis amigos sobre mi galán en turno.


Hoy fue chistoso, comida familiar, los gritos de la rata, el “pórtate bien” de mi mamá, el “quién es” de mi papá y el desconecte total del perro, siempre en otro mundo, pero se le entiende, es la adolescencia. En fin, en medio de la comida, incómoda por no saber qué platicar, claro, porque ya había tocado el tema de la maestría, de la fiesta del emosho, del innombrable y de otras cosas que, sinceramente, son irrelevantes. Está separado, creo que es mi tipo, ayer me la pasé increíble, 12 horas continuas platicando con él….


Por qué no, más tarde llegó a casa de mi mamá (estoy hablando del susodicho en potencia, "x") y el comentario de doña nena fue: “pues, tú sabrás” vaya! En otro momento me hubiera molestado o lo hubiera visto con otros ojos, tipo, ya vete, ya me arrepentí, claro, muy común en mí últimamente, pero no fue así. Salí, platiqué un rato con él y nos subimos a mi coche, después de confesiones como “me gustas”, obviamente no podía faltar el beso… corto, pero me gustó.

Ahora estoy feliz, no sé si es porque cerré otro círculo, si porque por fin un niño me dijo “no” o porque estoy entrando a una dimensión desconocida. Sí, a esa dimensión que juré nunca entrar, a la del hombre divorciado que, al decir verdad, aún es casado. Una amiga diría “no bueno, tienen temas que compartir”, claro, el ser divorciada no significa que tenga que salir con hombres de mi misma especie ¿o sí?

2 comentarios:

  1. Las mamás siempre nos tratarán de orientar pero llega el momento en que debemos tomar decisiones valiosas e importantes.

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  2. Amo esos días raros en que uno no imagina cómo terminarán las cosas y de pronto, el mundo cambia, las cosas cambian, los sentimientos son sorprendidos por un extraño que llega anuestras vidas de la forma menos esperada.
    La cabeza a veces nos bloquea lo que el corazón desea.
    Me

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