jueves, 10 de junio de 2010

Una carta de hace años...


En 1999 escribí lo siguiente (textual):

Hoy pequeño, quiero darte las gracias, porque a pesar de tu inocencia y tu espíritu infantil, me has enseñado muchas cosas; ¿sabes piojo? te quiero mucho, nunca te lo había dicho pero eres una parte muy especial en mi vida, eres una gran parte de mi corazón.

No puedo imaginarme como serían mis días si no estuvieras tu, pero no quiero imagnarlo porque gracias a Dios estas aquí conmigo.
Aunque muchas veces nos peleamos, gritamos y nos enojamos, es normal, estamos chicos y son pleitos normales entre hermanos, pero a pesar de eso, nunca puedes dudar que te quiero.

¿Sabes? en la vida jugaras un gran papel, es difícil pero hay muchas cosas bonitas las cuales debes de saber apreciar y aprovechar. Yo sé que tú serás un gran hombre que llegará muy lejos y logrará llevar a cabo todos sus planes y cumplirá cada una de sus metas; no puedo imaginarte como todo un padre, aunque estoy segura de que seras el mejor de todo el mundo, así como el mejor hermano que eres. Te quiero mucho y recuerda que si algun día nos llegamos a separar, no olvides ni borres mi imagen de tus pensamientos.


Dije que lo escribiría textual y así fue. Aunque me costó trabajo y estuve a punto de corregir puntuación y ortografía, preferí respetar lo que aquella noche le escribí a mi hermano, quien en ese entonces tan solo tenía 5 años, los suficientes para voltear mi mundo de cabeza.

Recuerdo que me encantaba que las personas en la calle dijeran que era mi hijo, que se asombraran más de una vez con el gran parecido físico que teníamos y que se sorprendieran con el lenguaje impecable y modales perfectos de mi pequeño hermano.

Hoy, después de 11 años, puedo decir que él, al igual que mis otras dos hermanas, sigue siendo mi gran orgullo, y en muchas ocasiones un gran ejemplo a seguir, simplemente, mi inspiración.

Las personas pueden cambiar, modificar costumbres, madurar, transformarse físicamente, cambiar de metas, rumbo... pero siempre mantendremos nuestra esencia, y a pesar de que de aquel pequeño no queda nada, lo que es hoy se acerca mucho a lo que imaginé aquella vez que le escribí esa carta .

Cambió los sacos y corbatas por jeans entallados o rotos, las camisas por playeras con logos, nombres de grupos o dibujos; el peinado de raya de lado que le hacía mi mamá por una melena alborotada; los libros de aventuras, películas de Disney y monitos de Star Wars y de Lord of the Rings por una bataca, tres o cuatro guitarras, un iphod que no suelta por nada y muchas otras cosas más... pero a pesar de ello, hoy sigue siendo el buen hermano que siempre tiene una palabra o gesto cuando te sientes mal, quien no duda en darte un abrazo cuando sabe que te sientes mal, el gran hijo que se preocupa por sus padres, y especialmente por su madre, y el excelente amigo que ha demostrado ser a lo largo de los años.

Diferentes en pensamiento e iguales físicamente... sabemos que contamos unos con los otros, que siempre estaremos ahí. Y ellos, mi pequeña mini me, mi sistar y mi perro (antes piojo) son parte de mi alegría, de mi vida, de mi felicidad, de mi cuento... Los adoro.

4 comentarios:

  1. Solamente puedo decirte que me pintaste sonrisa de oreja a oreja. ¡Felicidades por esos hermanos!

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  2. Soy testigo del enorme amor y cariño entre ambos involucrados. "Abrázame hermana" es una de las frases que más se me han quedado grabadas en estos meses de convivencia con los Nathal Sentíes.

    Un post para quedarse, de igual forma, en la memoria.

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  3. Hey, gracias pulga :D, yo sabia que esa carta si existía.
    Te quiero mucho hermana, y sabes que aun a pesar de tu humor y mi humor (Que ni a cual irle) siempre estaré ahí para ti incondicionalmente, al igual que yo se que tu lo estarás, te quiero pulga, gracias por todo.

    Tu perro xD

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  4. muy lindo pero le salen telarañas al blog

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